Es un centro experimental de estructura modulable, diseñado para ser energéticamente eficiente y para adaptar toda su morfología a las necesidades de las empresas I+D dedicadas a la construcción sostenible. El Kubik de Vizcaya se presenta en sociedad con la aspiración de ser un edificio referente para los parques tecnológicos
Como un gigante cubo de Rubik, el nuevo edificio del Parque Tecnológico de Vizcaya (situado en la localidad de Zamudio) permite todo tipo de cambios y adaptaciones en la búsqueda del consumo energético próximo a cero. No parece casualidad que haya sido bautizado precisamente con el nombre de Kubik.
Flexible, modular y desmontable son las características más alabadas por el equipo de diseño que lo ha creado, la corporación tecnológica Tecnalia. Se trata de una entidad con casi 1.500 investigadores en plantilla, especializados en los más diversos ámbitos que, con un presupuesto de dos millones de euros, con el apoyo del Ministerio de Educación y el de Ciencia e Innovación y la colaboración de numerosas empresas, acaban de inaugurar este centro desmontable, configurable en mil y un modos y al servicio de la I+D en el sector de la construcción sostenible. Desde la estructura hasta las más diversas energías renovables se integran en Kubik y pueden variar en función de las necesidades de los clientes.
Armadura atornillada
Es un edificio experimental de estructura de acero no soldada, sino atornillada, lo que la hace cien por cien desmontable y reconfigurable. Consta de cuatro niveles modulables, de unos 110 m2 cada uno. Cada planta se puede dividir hasta en siete habitáculos o áreas de ensayo, donde quien desee experimentar con nuevos productos para el mercado de la sostenibilidad podrá probarlos en condiciones reales en un espacio a la medida. «La singularidad de Kubik consiste en su capacidad de generar escenarios realistas sobre los que investigar la eficiencia energética», explica José María Campos, experto en Eficiencia Energética en Edificación de Tecnalia Construcción. Tanto la estructura, como las condiciones lumínicas o térmicas pueden adaptarse a las necesidades de la investigación.
En esta primera estructura inaugurada nada se ha dejado al azar y se han estudiado hasta el último detalle las soluciones más adecuadas para cada caso. Fruto de esta colaboración multidisciplinar entre la corporación y otras empresas externas y especializadas son la cimentación mezcla de hormigón con árido siderúrgico reciclado. En cuanto a la envolvente, se ha contado con la colaboración de Biohaus para desarrollar la fachada: «Hemos desarrollado conjuntamente un sistema modular con materiales reciclados y madera para conseguir un elemento constructivo eficiente energéticamente, además de industrializado, que permita el montaje incluso desde dentro del edificio, sin necesidad de andamiaje», explica Carlos Gómez de Segura, técnico de Biohaus. Esta envolvente también integra un muro cortina en el que se está estudiando acoplar en un futuro células solares fotovoltaicas.
El sistema de forjado (ese relleno que divide y separa unas plantas de otras) también es fruto de la colaboración, en este caso con la empresa Orobio-Goicoechea. Fiel a su filosofía flexible, se trata de prototipos prefabricados y modulares que pueden ser utilizados como techo frío, mantienen el calor durante la noche y permiten añadir instalaciones posteriores a través de él. El sistema de forjado de la cubierta del sótano es capaz, además, de impermeabilizar y evacuar el agua y procurar una ventilación natural.
Poder elegir la configuración, controlar lo que cada cliente desea y además hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente supone la participación de una compleja red inteligente, que destina la energía en función de lo que los 800 sensores del edificio detectan. No sólo se monitoriza la temperatura o la humedad del interior, sino también las condiciones propias de los elementos estructurales y las exteriores (incluso, temperaturas del terreno adyacente a distintas profundidades).
Esta primera configuración cuenta con un aerogenerador instalado, con una potencia de 5,5 kW, al que previsiblemente se unirá otro molino de eje vertical de desarrollo propio antes de finales de año. Kubik también se alimenta de la energía solar; la planta exterior se encuentra en la cubierta de 100 m2 del edificio vecino de la corporación, situado a 700 metros y conectado a él gracias a la microred inteligente. Además, un micro-cogenerador se encarga al mismo tiempo de generar electricidad (potencia de 5,5 kW) y energía térmica (2,5 kW). Hasta este microcogenerador va a parar la energía del agua y el aire de la tierra. Se trata de aprovechar la potencia geotérmica que se transporta hasta el sótano del edificio a través de diferentes conductos. «El edificio puede simular diferentes soluciones térmicas.
La generación de frío la llevan a cabo dos enfriadoras con una potencia térmica de 25 kW; de esta manera, la instalación puede adaptarse, en todo momento, a las variaciones de las solicitaciones exteriores (temperatura) como a las de las solicitaciones interiores», detalla Víctor Sánchez experto en Edificación y Entorno Urbano Sostenible de Tecnalia Construcción.
Pero no acaban aquí las soluciones energéticas. La cubierta del edificio es vegetal. Unos 100 m2 transitables con un aljibe de 5 m3 para recoger el agua de lluvia para el riego autónomo. Además de ayudar en la climatización, este jardín superior es sustituible. Se prevé que para finales de año se instalen en él paneles solares térmicos.
Como un gigante cubo de Rubik, el nuevo edificio del Parque Tecnológico de Vizcaya (situado en la localidad de Zamudio) permite todo tipo de cambios y adaptaciones en la búsqueda del consumo energético próximo a cero. No parece casualidad que haya sido bautizado precisamente con el nombre de Kubik.
Flexible, modular y desmontable son las características más alabadas por el equipo de diseño que lo ha creado, la corporación tecnológica Tecnalia. Se trata de una entidad con casi 1.500 investigadores en plantilla, especializados en los más diversos ámbitos que, con un presupuesto de dos millones de euros, con el apoyo del Ministerio de Educación y el de Ciencia e Innovación y la colaboración de numerosas empresas, acaban de inaugurar este centro desmontable, configurable en mil y un modos y al servicio de la I+D en el sector de la construcción sostenible. Desde la estructura hasta las más diversas energías renovables se integran en Kubik y pueden variar en función de las necesidades de los clientes.
Armadura atornillada
Es un edificio experimental de estructura de acero no soldada, sino atornillada, lo que la hace cien por cien desmontable y reconfigurable. Consta de cuatro niveles modulables, de unos 110 m2 cada uno. Cada planta se puede dividir hasta en siete habitáculos o áreas de ensayo, donde quien desee experimentar con nuevos productos para el mercado de la sostenibilidad podrá probarlos en condiciones reales en un espacio a la medida. «La singularidad de Kubik consiste en su capacidad de generar escenarios realistas sobre los que investigar la eficiencia energética», explica José María Campos, experto en Eficiencia Energética en Edificación de Tecnalia Construcción. Tanto la estructura, como las condiciones lumínicas o térmicas pueden adaptarse a las necesidades de la investigación.
En esta primera estructura inaugurada nada se ha dejado al azar y se han estudiado hasta el último detalle las soluciones más adecuadas para cada caso. Fruto de esta colaboración multidisciplinar entre la corporación y otras empresas externas y especializadas son la cimentación mezcla de hormigón con árido siderúrgico reciclado. En cuanto a la envolvente, se ha contado con la colaboración de Biohaus para desarrollar la fachada: «Hemos desarrollado conjuntamente un sistema modular con materiales reciclados y madera para conseguir un elemento constructivo eficiente energéticamente, además de industrializado, que permita el montaje incluso desde dentro del edificio, sin necesidad de andamiaje», explica Carlos Gómez de Segura, técnico de Biohaus. Esta envolvente también integra un muro cortina en el que se está estudiando acoplar en un futuro células solares fotovoltaicas.
El sistema de forjado (ese relleno que divide y separa unas plantas de otras) también es fruto de la colaboración, en este caso con la empresa Orobio-Goicoechea. Fiel a su filosofía flexible, se trata de prototipos prefabricados y modulares que pueden ser utilizados como techo frío, mantienen el calor durante la noche y permiten añadir instalaciones posteriores a través de él. El sistema de forjado de la cubierta del sótano es capaz, además, de impermeabilizar y evacuar el agua y procurar una ventilación natural.
Poder elegir la configuración, controlar lo que cada cliente desea y además hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente supone la participación de una compleja red inteligente, que destina la energía en función de lo que los 800 sensores del edificio detectan. No sólo se monitoriza la temperatura o la humedad del interior, sino también las condiciones propias de los elementos estructurales y las exteriores (incluso, temperaturas del terreno adyacente a distintas profundidades).
Esta primera configuración cuenta con un aerogenerador instalado, con una potencia de 5,5 kW, al que previsiblemente se unirá otro molino de eje vertical de desarrollo propio antes de finales de año. Kubik también se alimenta de la energía solar; la planta exterior se encuentra en la cubierta de 100 m2 del edificio vecino de la corporación, situado a 700 metros y conectado a él gracias a la microred inteligente. Además, un micro-cogenerador se encarga al mismo tiempo de generar electricidad (potencia de 5,5 kW) y energía térmica (2,5 kW). Hasta este microcogenerador va a parar la energía del agua y el aire de la tierra. Se trata de aprovechar la potencia geotérmica que se transporta hasta el sótano del edificio a través de diferentes conductos. «El edificio puede simular diferentes soluciones térmicas.
La generación de frío la llevan a cabo dos enfriadoras con una potencia térmica de 25 kW; de esta manera, la instalación puede adaptarse, en todo momento, a las variaciones de las solicitaciones exteriores (temperatura) como a las de las solicitaciones interiores», detalla Víctor Sánchez experto en Edificación y Entorno Urbano Sostenible de Tecnalia Construcción.
Pero no acaban aquí las soluciones energéticas. La cubierta del edificio es vegetal. Unos 100 m2 transitables con un aljibe de 5 m3 para recoger el agua de lluvia para el riego autónomo. Además de ayudar en la climatización, este jardín superior es sustituible. Se prevé que para finales de año se instalen en él paneles solares térmicos.
Red de edificios inteligentes
Un centro de investigación tecnológica capaz de transformarse como si de un ser vivo se tratara, el edificio Kubik nace con la aspiración de convertirse en referente para la investigación en construcción sostenible a nivel europeo e integrarse en una red de nuevos parques tecnológicos en los que edificios experimentales como éste sean una realidad en un futuro inmediato. Para ello y desde finales de 2007 se empezaron a establecer contactos con otros centros tecnológicos punteros de la UE, «durante estos primeros cuatro meses se vio que era y es necesario intercambiar información y experiencias», explica Campos. Razón por la cual se ha comenzado a estudiar conjuntamente con la Comisión Europea la idoneidad y posibildiad para crear dicha red.
El interés de este proyecto es evidente tanto para la Comisión Europea, interesada en alcanzar la construcción de consumo energético próximo a cero, como para el sector nacional que puede tener en la sostenibilidad un aliado para la revitalización del sector inmobiliario. «El planteamiento de Kubik coincide plenamente con dos de las líneas de trabajo que desde el Ministerio de Vivienda estamos desarrollando. Por un lado, la mejora de la eficiencia energética tanto en la nueva edificación como en el parque residencial ya construido; y por otro, la incorporación al sector residencial de la innovación, el uso de energías renovables y el desarrollo de nuevas técnicas constructivas con el fin de reorientar la actividad de la construcción y generar empleo», apuntó la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, durante la presentación en sociedad de Kubik.
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