La sed de conocimiento funciona como un “opio” para el cerebro. La tesis pertenece a un trabajo publicado por investigadores de la Universidad de Southern California en 2006 y que hoy recuperaban los ususarios de Reddit. Según esta investigación, encabezada por el neurocientífico Irving Biederman, cuando conseguimos comprender algo se desata una “cascada bioquímica” que recompensa al cerebro con una inyección de “sustancias opiáceas naturales” (las denominadas endorfinas).
Este placer que produce saber más y resolver problemas, aseguran los científicos, podría ser el motor que conduce a los humanos a absorber más conocimiento y tendría un importante papel evolutivo.
“Mientras estás intentando entender un teorema difícil”, asegura Biederman, “no resulta divertido. Pero una vez que lo resuelves, simplemente te sientes genial”. Sus estudios se centraron en la actividad cerebral que se produce durante el reconocimiento de imágenes pero, según explican, podría extenderse al resto de sentidos.
De acuerdo con sus experimentos, el sistema nervioso tiende a “premiar” de alguna manera los conocimientos novedosos. De esta forma, cuando se repite el estímulo una y otra vez, el nivel de “recompensa” neuronal decae y la atención se dirige a otros asuntos. Este “aprendizaje competitivo” entre las neuronas, sostiene Biederman, otorga una ventaja evolutiva a nuestro cerebro: la necesidad de experimentar nuevos estímulos y resolver nuevos problemas nos conduce a una búsqueda constante de nuevos conocimientos.
Sea válida o no, si eres una de aquellas personas que experimenta un profundo placer con los desafíos intelectuales, la hipótesis resulta más que interesante. Personalmente, el estudio me ha traído a la mente una cita que leía hoy en un obituario publicado por el diario El País: "Existe una fuerte sensación de placer, difícil de describir, cuando consideras detalladamente una comprobación elegante, e incluso un placer mayor al descubrir una comprobación que no se conocía". La cita es de Martin Gardner.
Enlace: 'Thirst for knowledge' may be opium craving / Vía Reddit
Más info: Perceptual Pleasure and the Brain. American Scientist (PDF)
Este placer que produce saber más y resolver problemas, aseguran los científicos, podría ser el motor que conduce a los humanos a absorber más conocimiento y tendría un importante papel evolutivo.
“Mientras estás intentando entender un teorema difícil”, asegura Biederman, “no resulta divertido. Pero una vez que lo resuelves, simplemente te sientes genial”. Sus estudios se centraron en la actividad cerebral que se produce durante el reconocimiento de imágenes pero, según explican, podría extenderse al resto de sentidos.
De acuerdo con sus experimentos, el sistema nervioso tiende a “premiar” de alguna manera los conocimientos novedosos. De esta forma, cuando se repite el estímulo una y otra vez, el nivel de “recompensa” neuronal decae y la atención se dirige a otros asuntos. Este “aprendizaje competitivo” entre las neuronas, sostiene Biederman, otorga una ventaja evolutiva a nuestro cerebro: la necesidad de experimentar nuevos estímulos y resolver nuevos problemas nos conduce a una búsqueda constante de nuevos conocimientos.
Sea válida o no, si eres una de aquellas personas que experimenta un profundo placer con los desafíos intelectuales, la hipótesis resulta más que interesante. Personalmente, el estudio me ha traído a la mente una cita que leía hoy en un obituario publicado por el diario El País: "Existe una fuerte sensación de placer, difícil de describir, cuando consideras detalladamente una comprobación elegante, e incluso un placer mayor al descubrir una comprobación que no se conocía". La cita es de Martin Gardner.
Enlace: 'Thirst for knowledge' may be opium craving / Vía Reddit
Más info: Perceptual Pleasure and the Brain. American Scientist (PDF)
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