Dos científicos italianos de la Universidad de Bolonia realizaron el viernes la demostración pública de un reactor nucelar de fusión que funciona a temperatura ambiente y que puede producir hasta 31 veces más energía de la que consume. Andrea Rossi y Sergio Focardi aseguraron que su invento ya se encuentra en fase comercial, que han firmado contratos con importantes empresas y que comenzarán a fabricarlo masivamente a finales de este mismo año. "Ya hemos superado la fase de tener que convencer a alguien -dijo Rossi-. La competición ahora está en el mercado".
Pocas áreas científicas han suscitado más controversias que la fusión fría, la hipotética reacción nuclear a temperatura ambiente en la que dos núcleos atómicos se unen para formar uno mayor mientras liberan una gran cantidad de energía. En la década de los 80, Stanley Pons y Martin Fleishmann anunciaron al mundo que habían conseguido la fusión fría, lo que suponía una fuente de energía inagotable y barata, al alcance de todos. Pero su experimento no pudo ser reproducido por otros laboratorios.
Desde entonces y hasta ahora, se han realizado varios anuncios más, aunque ninguno de ellos ha sido legitimado. Es más, varios estudios parecen demostrar que la fusión fría es teóricamente improbable, lo que ha ido apartando de ese campo de estudio a la mayoría de los científicos.
Sin embargo, y a pesar del escepticismo reinante, una pequeña comunidad de investigadores sigue trabajando en las reacciones de fusión a temperatura ambiente. Y las últimas noticias al respecto se produjeron la semana pasada, cuando los italianos Andrea Rossi y Sergio Focardi, ambos de la Universidad de Bolonia, anunciaron haber fabricado un reactor de fusión fría capaz de producir 12.400 watios de energía calórica con una inversión previa de sólo 400 watios.
Menos de un céntimo por kilowatio
El pasado viernes, los investigadores realizaron una demostración, durante una rueda de prensa en Bolonia, de su ingenio, al que llaman reactor de fusión niquel-hidrógeno. Y lo que es más, anunciaron que empezarán a comercializar su invento durante los próximos tres meses, y que comenzarán a producirlo masivamente hacia finales de este mismo año.
Según explicaron Rossi y Focardi, cuando los núcleos de niquel e hidrógeno se fusionan en el interior de su reactor, la reacción produce cobre y una gran cantidad de energía. El reactor utiliza menos de un gramo de hidrógeno y su arranque requiere unos 1.000 watios de electricidad, que se reduce a 400 watios en cuestión de minutos. Por cada minuto de funcionamiento, la reacción consigue convertir 292 gramos de agua a 20 grados en vapor seco a más de 100 grados de temperatura. Y dado que elevar en 80 grados la temperatura del agua requiere cerca de 12.400 watios de energía, calcularon que el experimento produjo 31 veces más energía que la utilizada para llevarla a cabo (12.400/400 = 31).
Con estas premisas, Rossi y Focardi estimaron que se podría generar electricidad a un coste inferior a un céntimo por kilowatio, una cantidad muy inferior a la que se consigue con los métodos actuales.
Durante el tiempo en que el reactor estuvo funcionando, Rossi y Focardi demostraron que se estaba produciendo una pequeña cantidad de radiación gamma, lo que indica que en el interior del ingenio, efectivamente, estaba teniendo lugar una reacción nuclear. Vamos, que no había trampa ni cartón. En su inminente versión comercial, dijeron, los reactores tendrán limitada su capacidad y producirán "solo" ocho veces más energía de la que utilizan, para garantizar la seguridad en todo momento.
El proceso, además, no libera radiación fuera del reactor, y no produce residuo nuclear alguno. Los reactores, por último, son modulares y pueden alinearse, en serie o en paralelo, para alcanzar prácticamente cualquier potencia que se desee. Según aseguraron, actualmente están construyendo una planta de un megawatio con 125 módulos como el utilizado durante la demostración.
Los científicos dijeron también que uno de sus reactores lleva trabajando continuamente desde hace ya dos años, suministrando energía a una pequeña fábrica, aunque no quisieron dar más detalles al respecto.
Desconfianza
A pesar de todo, el artículo científico de Rossi y Focardi sobre su reactor nuclear ha sido rechazado por varias publicaciones científicas. Lo que no les ha impedido publicarlo en The Journal of Nuclear Physics, una revista online fundada y mantenida por ellos mismos. Un hecho que no ha hecho más que aumentar la desconfianza hacia ellos y sus supuestos logros. En su artículo, en efecto, se dan muy pocos detalles sobre la forma en que el reactor funciona. Los mismos científicos aseguran desconocer los detalles que subyacen al proceso de fusión, y consideran que se necesitan más estudios, aunque eso, aseguran, no cambia el hecho de que su invento funciona.
Durante la rueda de prensa, ambos aseguraron que disponen ya de jugosos contratos comerciales y que han preferido no revelar demasiados detalles porque están bajo secreto de patente. "Ya hemos superado la fase de tener que convencer a alguien -dijo Rossi-. Y hemos llegado a un producto que está listo para salir al mercado. Nuestro juez será el mercado mismo. Y en este terreno, la fase de competición en el campo de las teorías, las hipótesis, las conjeturas, etc, etc, está más que superada. La competición está en el mercado. Si alguien tiene una tecnología válida, ese alguien no tiene que convencer a la gente a base de charlas, tiene que construir un reactor que funcione y salir a venderlo, como nosotros estamos haciendo".
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