Anoche, a las 22:58 hora española (con ocho minutos de retraso), despegó por última vez el transbordador Discovery desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, la principal base de operaciones de la NASA. Dos años de preparación, un equipo de ingenieros químicos, mecánicos y aeroespaciales de más de 300 personas y un presupuesto aproximado de 500.000 millones de euros. Todo ello para mandar al espacio a seis astronautas que rondan los cincuenta años, en una nave espacial que se estrenó en 1984. Su misión de despedida va a durar once días y a su vuelta le espera el Instituto Smithsonian en Washington, lugar de descanso de la mayoría de los artefactos retirados. «Sus piezas –como explican desde la NASA– son reutilizables pero preferimos mostrarlo al público íntegro, ya que el interés de los ciudadanos por el espacio es cada vez mayor».
Sin el Discovery, a la Agencia Espacial Norteamericana sólo le quedan el Atlantis y el Endeavour, naves con las que pretende completar la misión para la que ha sido enviada la primera: finalizar la construcción de la Estación Espacial Internacional. «Los próximos lanzamientos serán en abril y en junio. Con ellos, nuestra agencia pretende cambiar de rumbo, mirar más allá y plantearse nuevos destinos que nos lleven a otros proyectos», explica un portavoz de la agencia.
Tres horas antes del lanzamiento del transbordador, cuyas medidas son similares a las de un avión Airbus, «o incluso un 20 por ciento más pequeño», como indican desde Cabo Cañaveral, sus protagonistas ultiman la preparación. Steve Lindse –a sus 50 años es el más veterano– lidera la expedición. Junto a él, el piloto Eric Boe, el especialista en la misión STS-133 (nombre oficial del viaje) Alvin Drew, Steve Bowen, Michael Barratt y la única mujer que se embarca en la aventura, Nicole Stott. Ella cubre el cupo habitual de féminas que se embarcan en experiencias espaciales, aunque «cada vez son más las que se incorporan a nuestros equipos de astronautas. En las últimas seis misiones siempre ha participado una mujer», según la NASA.
Todos ellos han tenido que prepararse durante uno o dos años, dependiendo de sus aptitudes físicas, aunque «la mayoría se encuentra en muy buena forma», añaden. La base que tiene la agencia en Texas posee el centro de formación de los futuros viajeros espaciales. Pero, aunque muchos crean que ellos arrancan la nave, es un grupo de 100 expertos el que pulsa el botón de salida en la «Firing Room», la sala en la que se reúnen y desde la que deciden si la nave está lista para abandonar la base: «El director es el que valida la acción, pero antes le pregunta a cada uno de los especialistas para comprobar que no hay peligro», explica el portavoz. El director de lanzamientos, Mike Leinbach, explicó ayer que, en principio, se cumplían las condiciones necesarias para poner en marcha la última misión del Discovery: «No estamos apreciando ningún problema y parece que por fin volará», afirma después de que la misión haya sufrido ocho aplazamientos, a causa de las condiciones meteorológicas, de un escape de hidrógeno, por un fallo eléctrico y por unas grietas en el tanque de combustible externo.
En esta despedida, el Discovery depositará en la Estación Espacial Internacional el módulo multipropósito Leonardo y el androide Robonaut R2, el primer robot en salir al espacio. Horas antes ha llegado a la base el carguero europeo Kepler. Su misión: suministrar de combustible la estación.
Pionero
Un gran final para 26 años de servicio ya que fue presentada en sociedad en 1984 y ha cumplido 38 misiones. Es el transbordador que más expediciones ha realizado y fue también el pionero en impulsar la igualdad entre hombres y mujeres. En 1995 la misión STS-63 fue pilotada la primera mujer. Sus récords se han sucedido a lo largo de los años: ha estado en órbita 352 días, casi un año entero, y ha transportado a 246 astronautas. Ha sido mucho más ambicioso que Willy Fog y ha dado la vuelta a la Tierra 5.628 veces a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora. Ha recorrido más de 230 millones de kilómetros, que equivalen a 288 viajes de ida y vuelta a la Luna. Se ha convertido en el mayor plusmarquista. Entonces, ¿por qué se retira? «Ya le toca», explica la NASA.
Los viajes más importantes de la nave
30-08-1984
Primera misión espacial del transbordador Discovery. Su objetivo fue poner en órbita dos satélites de comunicación.
29-09-1988
Fue el orbitador elegido para regresar al espacio tras el fatídico accidente del Challenger el 28 de enero de 1986.
24 -04-1990
Esta misión supuso la puesta en órbita del telescopio Hubble. Fue un proyecto conjunto de la NASA y la Agencia Espacial Europea.
29-10-1998
Pedro Duque se convirtió en el primer español que viaja al espacio. Jonh Glenn, con 77 años, se proclamó el hombre más anciano en órbita.
11-10-2000
Misión número 100 del programa del transbordador espacial. Se montó la Estación Espacial Internacional (EEI).
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