La organización conservacionista Oceana ha presentado Oceana MedNet, una hoja de ruta para salvar el Mediterráneo desglosada en 100 áreas marinas protegidas (AMP) e interconectadas entre sí. Con estas 100 zonas se conservaría un 10% de este mar, el mínimo establece el Convenio de Biodiversidad de Naciones Unidas (CBD). Actualmente, sólo se protege un 2% aproximadamente.
Hasta el momento, sobre la mesa existían propuestas de entre 8 y 10 grandes áreas generalistas donde habría que establecer puntos que proteger. Por su parte, Oceana señala 100 localizaciones concretas de áreas marinas protegidas y que han sido seleccionadas entre una lista de 400. De esas 100 ubicaciones propuestas, 25 están en aguas españolas repartidas en el mar de Alborán (11), en las Baleares (5), en el Noreste del Mediterráneo español (6) y en el Sureste, enfrente de Alicante y Murcia, (3).
Protección de la biodiversidad
La propuesta contempla áreas marinas protegidas, de entre 200 y 15.200 kilómetros cuadrados, que además de las conocidas praderas o arrecifes de coral acogen también montes submarinos, bancos, cañones, escarpes, fosas, dorsales, volcanes de fango o emanaciones gaseosas. Asimismo, aunque el mar Mediterráneo sólo supone el 0,82% de la superficie marina mundial, los expertos estiman que aglutina entre 6 y un 18% de la biodiversidad de los océanos, según explicaciones de Ricardo Aguilar, director Científico de Oceana Europa.
Para escoger las 100 áreas marinas protegidas, los responsables de Oceana MedNet han seguido criterios "biológicos, geológicos, oceanográficos, administrativos y de amenazas potenciales", y han tenido en cuenta que no estén separadas unas de otras por más de 100 kilómetros cuadrados para que estas zonas estén interconectadas, ha explicado la científica marina Pilar Marín.
Un mar a la deriva
A pesar de que el Mediterráneo está considerado como uno de los principales focos de biodiversidad marina del planeta, sólo el 4% de los 2,5 millones de kilómetros del mar está protegido. Hasta la fecha, esta protección está concentrada en la franja costera -salvo el santuario del mar de Liguria, entre Francia e Italia- y la orilla norte europea. Mientras, la zona sur y las zonas de alta mar están absolutamente desamparadas. Con este proyecto, Oceana busca suplir estas "lagunas" con una red "representativa" de la biodiversidad mediterránea y "coherente" para cumplir un objetivo: la protección efectiva del 12% del Mediterráneo.
Oceana MedNet es una herramienta que permitiría cumplir con el mínimo establecido en el Convenio sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (CBS), según el cual hay que proteger el 10% de este mar antes de 2012. Para situar este proyecto en la agenda política, el director científico de Oceana ha asegurado que está siendo presentando al Gobierno de España, a las instituciones europeas y al Convenio de Barcelona para la protección del mar Mediterráneo.
Aguilar augura un "futuro negro" para el Mediterráneo. "La destrucción de los océanos avanza más deprisa que la investigación científica y, si se espera hasta disponer de datos biológicos detallados de cada enclave, ya será demasiado tarde. En cambio, actuando con un enfoque precautorio se pueden proteger las áreas más relevantes, ya que actualmente se conocen las características geológicas y oceanográficas que generan hábitats con mayor biodiversidad o vulnerabilidad", añade el director científico de Oceana.
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