Los osos permanecen en un estado metabólico reducido incluso semanas después de despertar. Esta investigación podría inspirar nuevas técnicas útiles en medicina de urgencia, según recoge la BBC. La hibernación está considerada como un medio para que los animales reduzcan su consumo de energía durante las estaciones más frías. La temperatura corporal de pequeños mamíferos cae a niveles cercanos a cero grados, con las funciones metabólicas en algunos casos al 2% de sus índices normales.
Los biólogos han descubierto que la reducción de la temperatura y el ritmo metabólico de estas criaturas tiene una relación directa: el ritmo metabólico cae a la mitad por cada 10 grados en la disminución de la temperatura corporal. Por tanto, se cree que ambos procesos forman parte de un mismo mecanismo. La temperatura corporal de los osos y otros grandes mamíferos, sin embargo, parecen no caer de forma tan dramática según apuntan estudios anteriores.
La verdad de los osos
Los investigadores seleccionaron algunos osos negros (Ursus americanus) para su investigación, que fueron llevados al Instituto de Biología Ártica de la Universidad de Alaska Fairbanks, donde se les implantaron transmisores de radio para el registro de la temperatura corporal, la actividad muscular y la frecuencia del pulso cardiaco. También se construyeron "casas artificiales" donde los osos podrían comenzar su temporada de sueño, bajo la vigilancia de cámaras de infrarrojos, detectores de oxígeno, de dióxido de carbono y sensores de movimiento.
A lo largo del invierno, los osos se despertaban al menos una vez al día para reorganizar su cama de paja y continuar durmiendo, incluso roncando. Sus temperaturas corporales descendieron a un mínimo de 30 grados centígrados, pero su consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono sugiere que su metabolismo se había reducido a sólo el 25% de su cifra normal.
Además, el patrón de latidos del corazón de los osos resultó sorprendente para los investigadores. "Durante la hibernación, los osos generalmente respiran profundamente y, al exhalar, su corazón se detiene y no vuelve a latir hasta después de 10, 15 ó 20 segundos", aseveró Brian Barnes, el investigador que dirigió el estudio en el Instituto de Biología Ártica. "Contienen la respiración durante un minuto y sólo cuando inhalan nuevamente su corazón late", afirma. "No sabíamos que era posible tener esta capacidad en grandes animales".
Otra sorpresa para los investigadores fue comprobar que una vez que los osos vuelven a despertarse y su temperatura corporal se eleva a su nivel normal, alrededor de 38 grados centígrados, su metabolismo se mantiene bajo -a cerca de la mitad de los índices normales- hasta tres semanas después de finalizada la hibernación. Que un mamífero grande consiga recuperarse y volver a sus rutinas, sin perder masa muscular, incluso con un metabolismo en bajo funcionamiento, sugiere que "se podría mejorar la atención médica de urgencias en seres humanos", si se consigue emular una situación similar, apunta el profesor Barnes.
"Si pudiéramos decirle al organismo que disminuya la demanda metabólica sería muy útil en caso de atender a un paro cardiaco, un derrame cerebral o un herido grave, sin que la capacidad del corazón para llevar oxígeno al cerebro se ve comprometida", explicó. "Si pudiéramos hacer algo para reducir la demanda del organismo, emulando una situación similar a la hibernación, daríamos más tiempo a los médicos para conseguir una atención mejorada en los pacientes. Es la posible aplicación más interesante de este descubrimiento".
La verdad de los osos
Los investigadores seleccionaron algunos osos negros (Ursus americanus) para su investigación, que fueron llevados al Instituto de Biología Ártica de la Universidad de Alaska Fairbanks, donde se les implantaron transmisores de radio para el registro de la temperatura corporal, la actividad muscular y la frecuencia del pulso cardiaco. También se construyeron "casas artificiales" donde los osos podrían comenzar su temporada de sueño, bajo la vigilancia de cámaras de infrarrojos, detectores de oxígeno, de dióxido de carbono y sensores de movimiento.
A lo largo del invierno, los osos se despertaban al menos una vez al día para reorganizar su cama de paja y continuar durmiendo, incluso roncando. Sus temperaturas corporales descendieron a un mínimo de 30 grados centígrados, pero su consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono sugiere que su metabolismo se había reducido a sólo el 25% de su cifra normal.
Además, el patrón de latidos del corazón de los osos resultó sorprendente para los investigadores. "Durante la hibernación, los osos generalmente respiran profundamente y, al exhalar, su corazón se detiene y no vuelve a latir hasta después de 10, 15 ó 20 segundos", aseveró Brian Barnes, el investigador que dirigió el estudio en el Instituto de Biología Ártica. "Contienen la respiración durante un minuto y sólo cuando inhalan nuevamente su corazón late", afirma. "No sabíamos que era posible tener esta capacidad en grandes animales".
Otra sorpresa para los investigadores fue comprobar que una vez que los osos vuelven a despertarse y su temperatura corporal se eleva a su nivel normal, alrededor de 38 grados centígrados, su metabolismo se mantiene bajo -a cerca de la mitad de los índices normales- hasta tres semanas después de finalizada la hibernación. Que un mamífero grande consiga recuperarse y volver a sus rutinas, sin perder masa muscular, incluso con un metabolismo en bajo funcionamiento, sugiere que "se podría mejorar la atención médica de urgencias en seres humanos", si se consigue emular una situación similar, apunta el profesor Barnes.
"Si pudiéramos decirle al organismo que disminuya la demanda metabólica sería muy útil en caso de atender a un paro cardiaco, un derrame cerebral o un herido grave, sin que la capacidad del corazón para llevar oxígeno al cerebro se ve comprometida", explicó. "Si pudiéramos hacer algo para reducir la demanda del organismo, emulando una situación similar a la hibernación, daríamos más tiempo a los médicos para conseguir una atención mejorada en los pacientes. Es la posible aplicación más interesante de este descubrimiento".
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