¿Qué podemos hacer cuando las nubes o la niebla se niegan a compartir con nosotros el agua que portan? Theo Hernando y Ricardo Gil o, lo que es lo mismo, Montes Verdes Ingeniería Agraría, proponen ‘escurrirlas’ mediante los llamados Captadores de Niebla, Rocío y Precipitaciones NRP.
El sistema, dicen, no es nuevo. Comenzó a estudiarse hace más de 50 años en Chile: “La captación de agua de las nieblas consiste en capturar las pequeñísimas gotas que forman las nubes (y nieblas) que flotan en el aire sin llegar a precipitar”.
El proyecto chileno no pasó del ámbito académico y su diseño se quedó estancado. “Estos atrapanieblas consisten en dos postes que sustentan una malla central extendida a modo de cartel publicitario con un canal de recogida bajo ésta. Este tipo de captador presenta muchos problemas de estabilidad y suele sufrir roturas y pérdidas de agua fuera del canalón debido a la exposición al viento”.
Los captanieblas de Montes Verdes, menos voluminosos y con un diseño estructural que los hace más resistente que sus predecesores, son capaces de solventar estos problemas, además de producir un menor impacto visual.
Pero es su capacidad ‘captadora’, hasta cinco veces superior a la de los chilenos, su gran ventaja: “La característica principal de los Captadores NRP es su forma tridimensional. Es un prisma rectangular recubierto perimetralmente e internamente de un tipo especial de malla captadora y con una disposición interna que favorece la entrada de la niebla y la formación de turbulencias. Las gotitas quedan retenidas en estas mallas y al unirse entre sí terminan por precipitar hacia la base del captador, que ha sido diseñada para decantar y filtrar el agua antes de pasar a las tuberías por las que se conduce el agua hasta un depósito”.
Para hacer todo eso, los NRP no necesitan energía ni generan ningún residuo, lo que demuestra su sostenibilidad frente a otros sistemas como la desalación o la depuración. Además, al obtenerla en zonas altas y aisladas, el agua puede dirigirse por gravedad reduciendo enormemente los gastos energéticos por bombeos.
Otro de los beneficiaríos de la utilización de estos captadores, aseguran desde Montes Verdes, son los acuíferos subterráneos: “Al disminuir su extracción favorece la recuperación de este tipo de acuíferos”.
Hasta aquí los pros de los NRP. Porque, sí, también tienen algún que otro contra: “El desconocimiento generalizado en la materia es el principal. La gente no lo conoce y por lo tanto tiende a desconfiar. Estamos haciendo todo lo posible para divulgar y propagar que este es un nuevo y sostenible recurso hídrico, complementario a los demás”.
Para ello, Hernando y Gil recurren a los datos recogidos en una de nuestras estaciones piloto ubicada en Tenerife: “Durante el mes de Noviembre cayeron de lluvia 50 l/m2. Con el Captador recogimos 3.000 litros. Como el captador ocupa 1,6 m2, podemos decir que recogimos entorno a 1900 litros/m2. Esto equivale a lo que llueve en todo el Galicia, por ejemplo. En un día hemos llegado a recoger más de 500 litros”.
Aunque los responsables de los NRP advierten que, obviamente, los NRP no son la panacea al problema del agua: “ Muchas veces nos preguntan si estos sistemas pueden resolver los problemas que tenemos con el agua. La respuesta es sí, pero sólo en aquellos lugares en los que haya presencia de niebla. Además, debido a la producción, este agua debe destinarse a usos concretos. Por ejemplo, no sería muy correcto utilizarla para limpiar, lo lógico sería usarla para consumo animal o humano o para evitar daños por sequías o incendios. Sería como usar agua embotellada para tirarla por el WC…”.
La sociedad que componen Hernando y Gil tiene prevista la instalación de 25 captadores destinados al embotellado de agua de niebla como parte del proyecto de desarrollo de un Huerto Hídrico en Gran Canaria.
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