Salvo que recurramos a la agricultura ecológica o mantengamos nuestro propio huerto, la mayor parte de los alimentos que consumimos son producto de procesos industriales o tienen su origen en productos modificados genéticamente para maximizar los resultados de las cosechas (mayor resistencia, mayor durabilidad, etc).
Tanto en la avicultura como en la ganadería, para satisfacer nuestro consumo de carne también se han introducido productos y técnicas procedentes del laboratorio y, según parece, el consumo de carne en el futuro podría llegar a ser totalmente artificial. El filántropo Peter Thiel acaba de financiar una start-up para desarrollar carne artificial fabricada mediante impresión en 3D y así satisfacer nuestra necesidad de proteínas sin tener que recurrir a la ganadería.
La impresión 3D, poco a poco, se está introduciendo en cada vez más ámbitos y hemos visto las posibilidades de esta tecnología en la arquitectura, en la exploración espacial o, incluso, como pieza clave para la divulgación y la cultura libre. De hecho, algunas investigaciones médicas se basan en las impresoras 3D para desarrollar vasos sanguíneos artificiales, huesos o incluso músculos.
Precisamente, siguiendo el mismo camino de las investigaciones biomédicas, la compañía Modern Medow pretende desarrollar carne artificial para alimentar a la gente (y así darnos nuestro aporte de proteínas) sin necesidad de explotar la ganadería y, por tanto, respetando el medio ambiente. Con esa idea, la compañía (que contará con apoyo científico brindado por la fundación de Thiel) desarrollará carne que pueda fabricarse mediante impresión 3D y que, lógicamente, sea apta para el consumo (aunque sean proteínas artificiales).
Afortunadamente, al menos para los que nos gusta el buen comer y nos da cierta aprensión este tipo de experimentos, el proyecto aún se encuentra en fase muy embrionaria y, por tanto, sigue siendo extremadamente caro fabricar este tipo de sustitutivos de la carne. De hecho, el objetivo del proyecto es que este tipo de sustitutivos sean más competitivos que la ganadería, sumando al respeto por el medio ambiente unos menores costes de explotación/operación (aunque por ahora han sido capaces de fabricar un trozo de carne de 2 cm x 1 cm x 0.5 mm).
Personalmente, creo que no sería capaz de comerme un filete sintético y la idea me produce cierta aversión aunque, la verdad, podría ser una forma para combatir el hambre en el mundo. ¿Y vosotros? ¿Os comeríais un filete impreso en 3D?
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