Un grupo de investigadores británicos han desarrollado un modelo que les permitirá averiguar si algunas de las sustancias químicas en nuestro entorno, como las utilizadas en la fabricación de plásticos, son responsables del aumento del número de casos de cáncer de testículos.
El cáncer de testículos es el más común entre los jóvenes de 20 a 30 años. Los científicos tienen la sospecha que la exposición a estas sustancias químicas en el útero materno puede explicar porque este tipo de cáncer ha aumentado su incidencia en el doble durante los últimos 35 años.
Desde hace años los científicos han sabido que es en los primeros meses de desarrollo del feto que se producen los cambios anormales que llevan en la manifestación de la enfermedad. Hasta ahora había sido imposible estudiar el desarrollo de los testículos durante el embarazo en humanos pero todo eso esta por cambiar.
El cáncer de testículos es el más común entre los jóvenes de 20 a 30 años. Los científicos tienen la sospecha que la exposición a estas sustancias químicas en el útero materno puede explicar porque este tipo de cáncer ha aumentado su incidencia en el doble durante los últimos 35 años.
Desde hace años los científicos han sabido que es en los primeros meses de desarrollo del feto que se producen los cambios anormales que llevan en la manifestación de la enfermedad. Hasta ahora había sido imposible estudiar el desarrollo de los testículos durante el embarazo en humanos pero todo eso esta por cambiar.
Creado por científicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, el nuevo modelo permitirá por primera vez analizar las etapas iniciales de una enfermedad que tarda de entre 20 a 40 años en manifestarse. Se sabe que ese tipo de cáncer se origina debido a un desarrollo anormal de las células germinales y que esto lleva a la formación de un tumor en la etapa adulta de la juventud.
Los investigadores están sostienen que debe existir un factor ambiental que explique la razón por la que este tipo de cáncer ha aumentado su incidencia forma tan rápida.
“Hay una evidencia aplastante de que el crecimiento y el desarrollo de la vida fetal juega un papel fundamental a la hora de determinar el riesgo futuro de una amplia gama de enfermedades más tarde en la vida”, declaró el profesor Richard Sharpe, principal investigador del estudio.
De acuerdo con Sharpe, quien pertenece a la unidad de Ciencias Reproductivas Humanas del Consejo de Investigación Médica Británico, una de las teorías que se maneja es que los cambios se producen debido a que las embarazadas están expuestas a elementos químicos como el ftalato, que se utiliza para hacer el plástico flexible y se encuentra en alfombras, muros, tablones, tapicería del coche y en ciertos cosméticos y medicamentos farmacéuticos.
El nuevo modelo permitirá estudiar el desarrollo de los testículos y manipularlos experimentalmente para ver si la exposición a ciertos componentes químicos es la responsable de la enfermedad.
Para ello, el equipo del profesor Sharpe ha injertado tejido de fetos humanos abortados bajo la piel de ratones. En el modelo, las células germinales en los testículos también se encuentran en un estado crítico para saber si hay algún fallo en el desarrollo que pueda convertirlas en pre-cancerígenos.
Los científicos utilizarán el ftalato y otras sustancias químicos presentes a nuestro alrededor y observarán si predispone a los ratones a desarrollar cáncer.
Pero los científicos no están seguros de si los efectos del ftalato en animales pueden ser traducidos o no a humanos. Los investigadores sostienen que podrán saber si las sustancias químicas afectan a las células fetales en un período de un año. Los investigadores también explicaron que debido a que los componentes plásticos son parte integral de los tejidos de la sociedad moderna, no pueden ser eliminados sin que esto altere radicalmente nuestras vidas. Por eso el estudió buscará zanjar la cuestión de si un componente es dañino o no y abrir la puerta a más estudios.
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