El edificio QuercusIP, en Santiago de Compostela, se ha convertido en el primer centro de negocios gallego que aprovecha las ventajas de la energía geotérmica, acumulada en forma de calor bajo la superficie de la Tierra. Con una inversión de un millón de euros, la instalación geotérmica consta de tres kilómetros de tubería y ha precisado 32 perforaciones de hasta 60 metros de profundidad.
No se trata de la primera experiencia en Galicia. El edificio del Parlamento gallego extrae de la geotermia el 22% de la energía necesaria para climatizar sus 15.000 m2 con diez kilómetros de tuberías. Tampoco es algo inédito en otras comunidades autónomas. Sin embargo, España aún sigue a la cola en la utilización de esta energía, pese a que prácticamente no emite gases contaminantes y ofrece un enorme rendimiento: se estima que la energía almacenada en un kilómetro cúbico de roca caliente a 250°C equivale a 40 millones de barriles de petróleo.
Su escasa implantación se debe en gran medida a que, a pesar de ser una fuente renovable, no es muy conocida. Esta energía, ligada a volcanes, aguas termales, fumarolas y géiseres, tiene diversas aplicaciones dependiendo de su temperatura. Así, cuando esta es superior a los 100-150ºC fuentes denominadas de alta entalpía es posible la producción de electricidad, recurriéndose a otros usos térmicos para sectores industriales, de servicios y residencial cuando se sitúa por debajo de los 100ºC. En esos casos se precisa una bomba de calor geotérmica, tanto para calefacción como para refrigeración, y más aún cuando la temperatura se sitúa por debajo de los 25ºC.
A pesar de que en las décadas de los setenta y ochenta el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) realizó muchos estudios en esta materia, las barreras económicas han sido el gran freno para los proyectos en el país. Por ejemplo, la perforación en los de baja temperatura puede llegar a suponer el 60% del coste total. A esto se suma el poco apoyo institucional, puesto que en el último Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, que establecía el objetivo de que las fuentes renovables cubrieran como mínimo el 12% de la demanda total de energía primaria, la geotermia fue la gran olvidada.
A falta de definir objetivos, el Ministerio de Industria sí quiso fomentar de algún modo esta energía e incluyó el Programa Geocasa, dotado con 3 millones de euros, a través del cual se abría la convocatoria para la habilitación de empresas de energía geotérmica en edificios.
El potencial de España
España cuenta con un mapa geotérmico dominado por el rango de temperaturas por debajo de los 100ºC, con la excepción de las islas Canarias. Sin embargo, el aprovechamiento geotérmico de muy baja temperatura mediante bomba de calor, al igual que sucedió años atrás en Europa, está comenzando a ser una realidad. La coordinadora de Geoplat (Plataforma Tecnológica Española de Geotermia), Margarita de Gregorio, llama la atención sobre "las nuevas tecnologías que permiten que en yacimientos geotérmicos secos sea posible inyectar agua para conseguir las condiciones de un recurso de alta entalpía".
Madrid cuenta con recursos de 80ºC entre 2.000 y 2.500 metros de profundidad. La meseta del Duero, a unos 1.500 metros y con algo menos de calor. Cuenca y Albacete disponen de recursos similares a los de Madrid. Ourense, Pontevedra, El Vallés y Penedés, Granada, Murcia, Mallorca o Catalunya son algunas de las áreas en las que podrían encontrarse recursos a profundidades inferiores a los 1.000 metros con temperaturas entre los 40 y los 80ºC.
En cuanto a los recursos geotérmicos de temperaturas en el rango medio (entalpía media/alta), se concentran fundamentalmente en las cordilleras Béticas, Galicia y Catalunya, sin descartar Aragón y Madrid, a la luz de algunas prospecciones de hidrocarburos. Sin embargo, los yacimientos de alta temperatura, los únicos que no requieren inyección, se limitan en principio a las Canarias, dado su origen volcánico.
En este sentido, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) del Cabildo de Tenerife acaba de finalizar la primera fase de exploración geotérmica en la zona sur de la isla, en el dominio minero conocido como Garehagua (municipios de Arona, San Miguel, Granadilla y Vilaflor). En esta primera fase se han estudiado 600 puntos con tomas de medidas de diversos gases y volátiles (vapor de mercurio, radón, sulfuro de hidrógeno y flujo de dióxido de carbono), dejando para una segunda los estudios de geología de detalle y trabajos de prospección geofísica para seleccionar las áreas más idóneas con vistas a realizar sondeos geotérmicos.
No se trata de la primera experiencia en Galicia. El edificio del Parlamento gallego extrae de la geotermia el 22% de la energía necesaria para climatizar sus 15.000 m2 con diez kilómetros de tuberías. Tampoco es algo inédito en otras comunidades autónomas. Sin embargo, España aún sigue a la cola en la utilización de esta energía, pese a que prácticamente no emite gases contaminantes y ofrece un enorme rendimiento: se estima que la energía almacenada en un kilómetro cúbico de roca caliente a 250°C equivale a 40 millones de barriles de petróleo.
Su escasa implantación se debe en gran medida a que, a pesar de ser una fuente renovable, no es muy conocida. Esta energía, ligada a volcanes, aguas termales, fumarolas y géiseres, tiene diversas aplicaciones dependiendo de su temperatura. Así, cuando esta es superior a los 100-150ºC fuentes denominadas de alta entalpía es posible la producción de electricidad, recurriéndose a otros usos térmicos para sectores industriales, de servicios y residencial cuando se sitúa por debajo de los 100ºC. En esos casos se precisa una bomba de calor geotérmica, tanto para calefacción como para refrigeración, y más aún cuando la temperatura se sitúa por debajo de los 25ºC.
A pesar de que en las décadas de los setenta y ochenta el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) realizó muchos estudios en esta materia, las barreras económicas han sido el gran freno para los proyectos en el país. Por ejemplo, la perforación en los de baja temperatura puede llegar a suponer el 60% del coste total. A esto se suma el poco apoyo institucional, puesto que en el último Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, que establecía el objetivo de que las fuentes renovables cubrieran como mínimo el 12% de la demanda total de energía primaria, la geotermia fue la gran olvidada.
A falta de definir objetivos, el Ministerio de Industria sí quiso fomentar de algún modo esta energía e incluyó el Programa Geocasa, dotado con 3 millones de euros, a través del cual se abría la convocatoria para la habilitación de empresas de energía geotérmica en edificios.
El potencial de España
España cuenta con un mapa geotérmico dominado por el rango de temperaturas por debajo de los 100ºC, con la excepción de las islas Canarias. Sin embargo, el aprovechamiento geotérmico de muy baja temperatura mediante bomba de calor, al igual que sucedió años atrás en Europa, está comenzando a ser una realidad. La coordinadora de Geoplat (Plataforma Tecnológica Española de Geotermia), Margarita de Gregorio, llama la atención sobre "las nuevas tecnologías que permiten que en yacimientos geotérmicos secos sea posible inyectar agua para conseguir las condiciones de un recurso de alta entalpía".
Madrid cuenta con recursos de 80ºC entre 2.000 y 2.500 metros de profundidad. La meseta del Duero, a unos 1.500 metros y con algo menos de calor. Cuenca y Albacete disponen de recursos similares a los de Madrid. Ourense, Pontevedra, El Vallés y Penedés, Granada, Murcia, Mallorca o Catalunya son algunas de las áreas en las que podrían encontrarse recursos a profundidades inferiores a los 1.000 metros con temperaturas entre los 40 y los 80ºC.
En cuanto a los recursos geotérmicos de temperaturas en el rango medio (entalpía media/alta), se concentran fundamentalmente en las cordilleras Béticas, Galicia y Catalunya, sin descartar Aragón y Madrid, a la luz de algunas prospecciones de hidrocarburos. Sin embargo, los yacimientos de alta temperatura, los únicos que no requieren inyección, se limitan en principio a las Canarias, dado su origen volcánico.
En este sentido, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) del Cabildo de Tenerife acaba de finalizar la primera fase de exploración geotérmica en la zona sur de la isla, en el dominio minero conocido como Garehagua (municipios de Arona, San Miguel, Granadilla y Vilaflor). En esta primera fase se han estudiado 600 puntos con tomas de medidas de diversos gases y volátiles (vapor de mercurio, radón, sulfuro de hidrógeno y flujo de dióxido de carbono), dejando para una segunda los estudios de geología de detalle y trabajos de prospección geofísica para seleccionar las áreas más idóneas con vistas a realizar sondeos geotérmicos.
Mil megavatios en 2020
En opinión del jefe de Proyectos de Investigación Geotérmica del IGME, Celestino García de la Noceda, el interés por la geotermia está renaciendo con la aparición de nuevos agentes en el sector, retomándose actuaciones que llevaban aparcadas cerca de 20 años y poniendo en marcha investigaciones como el análisis que se está realizando del impacto térmico, hidráulico e hidroquímico generado por los pozos de climatización en las aguas subterráneas de Zaragoza.
En la misma dirección, Geoplat apuesta por la I+D en esta área, con una base de datos pública y única para todo el sector, tal y como expone en su último informe Visión a 2030. "Ya es un paso muy importante", señala De Gregorio, "el hecho de que en el próximo PER 2011-2020 contaremos con un mapa de recursos para cada una de las energías renovables, incluida la geotermia, no sólo para la eólica como sucedía con el anterior plan".
Según las estimaciones de Geoplat, se prevé que se salte de los actuales 80 megavatios (MW) de potencia instalada a unos 1.000 MW eléctricos y 300 MW térmicos en el año 2020, y a unos 3.000 MW y 1.000 MW, respectivamente, en 2030.
FUENTE:http://www.publico.es/ciencias/330544/geotermia/minade/energiabajoel/suelo
ZONA ECO:http://biqfr.blogspot.com/search/label/Eco
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