Un estudio británico revela que pasar más de cuatro horas diarias delante de la «caja tonta» o el ordenador incrementa en un 48% las posibilidades de fallecimiento y en un 125% los eventos cardíacos.
A muchos no les extrañaría escuchar que la tele daña el corazón, si el motivo fuera la programación actual que ofrece la «caja tonta». Pero no es el contenido, sino el continente el posible desencadenante de los males. Da igual lo que pongan. Es el tiempo excesivo que pasamos delante de la televisión o de la pantalla del ordenador lo que puede producir dolencias cardíacas y mortalidad prematura.
Así se desprende de un estudio del Colegio Universitario de Londres, en Reino Unido, que se publica en la revista «Journal of the American College of Cardiology». Emmanuel Stamatakis, responsable de la investigación, explica que «el análisis sugiere que dos o más horas cada día podría sumir a un individuo en un mayor riesgo de sufrir un episodio cardíaco».
Sedentarismo
Entre las conclusiones a las que llegaron destaca que quienes superan más de cuatro horas ante estos aparatos son dos veces más propensos a un episodio cardíaco que lleva a la hospitalización, la muerte o ambas cosas. De hecho, se observó un incremento de posibilidades de un evento cardiovascular hasta en 125 por ciento y un riesgo de muerte en un 48 por ciento.
El trabajo sugiere, además, que los factores metabólicos podrían explicar, en parte, el vínculo entre el sedentarismo prolongado y los riesgos.
Estas asociaciones eran independientes de los factores de riesgo tradicionales como el tabaquismo, la hipertensión, el índice de masa corporal o la clase social. «Es cuestión de hábitos. Muchos han aprendido a volver a casa y encender la televisión». El investigador afirma que no se pueden mitigar todo el problema únicamente con el ejercicio, pues no resulta suficiente medida. Un hecho que subraya «la necesidad de recomendaciones para limitar las conductas sedentarias y para mejorar la actividad física», matiza Stamatakis.
En el estudio se incluyeron 4.512 adultos que respondieron a una encuesta de salud en Escocia en 2003. Durante el seguimiento de 4,3 años se produjeron 325 muertes de todo tipo y 215 episodios cardíacos. La medición del «tiempo de pantalla» incluía ver la televisión o DVD, videojuegos y ocio frente al ordenador.
Por otro lado, se excluyó del estudio a aquellos que dijeron haber sufrido un episodio cardiovascular previo y los que murieron en los dos años siguientes dentro del seguimiento, por si esto les forzó a permanecer en casa y ver más la televisión.
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