Aunque mucha gente lo ignore, desde hace décadas se sabe que buena parte de los recuerdos que atesoramos son falsos y que es posible implantar falsos recuerdos por medio de sugerencias deliberadas o intencionales. Ahora, un grupo de investigadores del Scripps Research Institute (Estados Unidos) ha conseguido que ratas de laboratorio “recuerden” situaciones que nunca vivieron, o que combinen hechos diferentes para construir un solo recuerdo.
Parece que el comercio de falsos recuerdos, al mejor estilo de “El vengador del futuro” (la genial película basada en un cuento corto de P. K. Dick), está a la vuelta de la esquina. Desde hace casi un siglo los psicólogos saben que es posible inducir falsos recuerdos en una persona. De hecho, no poca gente ha jurado recordar eventos traumáticos -incluyendo abuso infantil y abducciones extraterrestres- que nunca ocurrieron (sobre todo, obviamente, los segundos). Ahora, un grupo de científicos del Scripps Research Institute (Estados Unidos) ha logrado modificar las neuronas de ratones para controlar sus recuerdos. Se trata de un importante avance en el sentido de comprender mejor la manera en que se forma la memoria y, posiblemente, conseguir eliminar recuerdos dolorosos o los relacionados con el trastorno de estrés postraumático. Los resultados de este estudio se ha publicado en la última edición de la revista especializada Science.
Buscando comprender como el estímulo aplicado en algunas regiones cerebrales puede activar conductas y recuerdos, Mark Mayford, el líder del equipo que llevó adelante este proyecto, insertó dos genes en sus ratones de laboratorio. Uno de ellos producía unos receptores que los investigadores pueden activar químicamente cuando necesitan activar una neurona. Este gen estaba vinculado a un gen natural que se enciende sólo en las neuronas activas durante la formación de un recuerdo. Esta técnica les permitió disponer de una suerte de “interruptores” con los que activar o desactivar las neuronas implicadas en la formación de recuerdos específicos.
Recuerdos de la «caja A»
En el transcurso de los experimento, los científicos activaron las neuronas modificadas en los ratones que estaban aprendiendo cosas sobre un nuevo entorno, al que llamaremos “caja A”. En ese entorno, los roedores se encontraron con colores, sabores y texturas determinados. Luego, pusieron los ratones en otro ambiente, al que llamaremos “caja B”, y les inyectaron los químicos necesarios para que se activen las neuronas asociadas con los recuerdos formados cuando estaban en la caja A. A partir de ese momento, los ratones actuaban como si tuviesen recuerdos combinados de ambas cajas.
Según el especialista del Scripps Research Institute, "comprender exactamente cómo la actividad del cerebro representa el mundo real sería de ayuda para que consigamos entender qué funciona mal en las personas que tienen percepciones inadecuadas. También podría ayudarnos a determinar en qué partes del cerebro se producen cambios cuando aprendemos cosas nuevas.” El objetivo final del equipo de Mayford es desarrollar fármacos capaces de manejar enfermedades mentales como la esquizofrenia o el desorden de estrés postraumático. Es posible que cuando este proceso sea comprendido completamente aparezcan aplicaciones “recreativas” del mismo, implantando o borrando recuerdos a gusto del consumidor.
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