En agosto del pasado año, el investigador sueco Peter Lindberg anunciaba el descubrimiento de una extraña forma circular de
unos 18 metros de diámetro en el fondo del mar Báltico. La imagen
parece revelar un objeto artificial que incluso podría haber sido sido
arrastrado, una atrevida suposición, por lo que la esfera se hizo pronto
famosa como el «ovni» del Báltico o «anomalía del Báltico».
El cazador de tesoros anunció meses después que estaba dispuesto a regresar a
la zona para desentrañar el misterio del gran círculo. El pasado
viernes su ambición comenzó a hacerse realidad. Tras conseguir
financiación para su aventura, Lindberg ha partido por fin con su equipo del Ocean X Team desde el puerto de Norrtälje.
Lindberg,
famoso por encontrar los restos del Jönköping, un carguero sueco
hundido por un submarino durante la primera guerra mundial, realizaba
una exploración oceánica cuando el sonar de su embarcación capturó una
increíble imagen a más 80 metros bajo la superficie del golfo de Botnia,
entre Finlandia y Suecia. La imagen resultaba de lo más inquietante. El
objeto, de varias decenas de metros de diámetro, parece haber sido
arrastrado otros 400. Suficiente para que nazca la idea de una nave de
origen extraterrestre que se estrelló en el mar y dejó un rastro en el
fondo antes de detenerse, como llegaron a especular algunos medios en un
alarde de imaginación.
El
equipo de Lindberg cree que el objeto es demasiado grande para haber
caído de un barco o ser parte de un desastre marítimo, aunque las
imágenes de un sonar de barrido lateral pueden no ser lo suficiente
fiables como para descartar que se trate de una formación geológica
natural. Ahora, Lindberg tiene la oportunidad de esclarecer el misterio.
El equipo está formado por 13 oceanógrafos, ingeniros y buzos. Planean tomar imágenes 3D y muestras de toxicidad y radiación, ya que recuperar el objeto puede ser arriesgado y caro. Eso sí, saciar la curiosidad no tiene precio.
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