Un trabajo desarrollado en la Universidad de Tel Aviv ha dado lugar a la creación de una nueva tipología de plásticos biodegradables, que serían capaces de sustituir al acero y otros materiales empleados en productos de uso diario, con la ventaja de no generar contaminación. Esto podría tener un gran impacto a largo plazo en muchas industrias, incluyendo la fabricación de automóviles, ya que las piezas metálicas empleadas en los rodados podrían reemplazarse por piezas de plástico. Por Pablo Javier Piacente.
Nuevos plásticos biodegradables alcanzarían similares condiciones a las
que presentan los metales en términos de resistencia y durabilidad, con
el importante beneficio de ser amigables con el medio ambiente. Estos
plásticos, con amplia aplicación en distintos sectores de la industria,
han sido desarrollados por un investigador de la Escuela de Química de
la Universidad de Tel Aviv.
Ante el desbordamiento de los vertederos frente a la gran cantidad de plásticos desechados, ingenieros y científicos han estado trabajando para producir una alternativa biodegradable que reduzca la contaminación. Ahora, el profesor Moshe Kol de la Universidad de Tel Aviv parece haber hallado una dimensión completamente nueva en el campo de los plásticos amigables con el medio ambiente.
Kol está desarrollando una nueva clase de polipropileno ecológico, uno de los plásticos más utilizados en el mundo, que tiene el potencial para sustituir al acero y otros materiales utilizados en productos de uso masivo. Además, este tipo de plásticos consumen menos energía durante el proceso de producción.
Al mismo tiempo, tendrían múltiples beneficios adicionales. Por ejemplo, las piezas de polipropileno para coches reemplazarían a las tradicionales de acero, logrando que los automóviles sean más livianos y consuman menos combustible. Por otro lado, como el material es económico, el plástico ecológico podría ofrecer una alternativa de fabricación mucho más accesible y sostenible.
Ante el desbordamiento de los vertederos frente a la gran cantidad de plásticos desechados, ingenieros y científicos han estado trabajando para producir una alternativa biodegradable que reduzca la contaminación. Ahora, el profesor Moshe Kol de la Universidad de Tel Aviv parece haber hallado una dimensión completamente nueva en el campo de los plásticos amigables con el medio ambiente.
Kol está desarrollando una nueva clase de polipropileno ecológico, uno de los plásticos más utilizados en el mundo, que tiene el potencial para sustituir al acero y otros materiales utilizados en productos de uso masivo. Además, este tipo de plásticos consumen menos energía durante el proceso de producción.
Al mismo tiempo, tendrían múltiples beneficios adicionales. Por ejemplo, las piezas de polipropileno para coches reemplazarían a las tradicionales de acero, logrando que los automóviles sean más livianos y consuman menos combustible. Por otro lado, como el material es económico, el plástico ecológico podría ofrecer una alternativa de fabricación mucho más accesible y sostenible.
La optimización de los catalizadores
La investigación ha sido publicada en la revista especializada Angewandte Chemie, en un artículo titulado “Salalen Titanium Complexes in the Highly Isospecific Polymerization of 1-Hexene and Propylene”, y además se ha difundido mediante una nota de prensa de la American Friends of Tel Aviv University.
Aunque se trata de un prometedor campo de investigación, los plásticos biodegradables aún no han sido capaces de imitar la durabilidad y la resistencia de los plásticos comunes, como por ejemplo el polipropileno. Kol cree que la respuesta podría estar en los catalizadores, claves en el proceso de producción.
Los plásticos se estructuran en cadenas químicas muy largas llamadas polímeros, que se presentan en bloques. Los catalizadores son responsables de conectar estos bloques y de crear cadenas de polímeros. Si se optimiza la calidad del catalizador, estas cadenas estarán más ordenadas y bien definidas.
Como consecuencia, se logrará un plástico con un punto de fusión más alto y una mayor resistencia y durabilidad. Por ello, el catalizador es una parte crucial del proceso de producción del plástico. Kol y su equipo han logrado desarrollar un nuevo catalizador para el proceso de producción de polipropileno, mucho más eficiente que los empleados actualmente.
La investigación ha sido publicada en la revista especializada Angewandte Chemie, en un artículo titulado “Salalen Titanium Complexes in the Highly Isospecific Polymerization of 1-Hexene and Propylene”, y además se ha difundido mediante una nota de prensa de la American Friends of Tel Aviv University.
Aunque se trata de un prometedor campo de investigación, los plásticos biodegradables aún no han sido capaces de imitar la durabilidad y la resistencia de los plásticos comunes, como por ejemplo el polipropileno. Kol cree que la respuesta podría estar en los catalizadores, claves en el proceso de producción.
Los plásticos se estructuran en cadenas químicas muy largas llamadas polímeros, que se presentan en bloques. Los catalizadores son responsables de conectar estos bloques y de crear cadenas de polímeros. Si se optimiza la calidad del catalizador, estas cadenas estarán más ordenadas y bien definidas.
Como consecuencia, se logrará un plástico con un punto de fusión más alto y una mayor resistencia y durabilidad. Por ello, el catalizador es una parte crucial del proceso de producción del plástico. Kol y su equipo han logrado desarrollar un nuevo catalizador para el proceso de producción de polipropileno, mucho más eficiente que los empleados actualmente.
Amplias e importantes aplicaciones
Según los especialistas de la Universidad de Tel Aviv, se ha logrado producir la versión más potente de este tipo de plástico que se ha creado hasta la fecha, gracias al uso del nuevo catalizador. De esta forma, se abriría un nuevo campo para la producción de polipropileno no tóxico, más económico y eficiente en términos de consumo de energía.
Se estima que, en 2020, el consumo de plásticos a nivel mundial alcanzará los 200 millones de toneladas al año. Como los plásticos tradicionales son contaminantes, resulta urgente desarrollar nuevas opciones en torno a este material, que se ha convertido en un elemento básico de la vida cotidiana, implicando la menor cantidad de daños al medio ambiente.
El polipropileno producido por Kol y su equipo es sin dudas una buena noticia para los impulsores de nuevos procesos de fabricación sostenible, y podría realmente revolucionar la industria. Su aplicación desembocaría en productos de mayor durabilidad y con la necesidad de un menor mantenimiento.
Además de las piezas de automóviles, Kol prevé que uno de los usos más importantes de los nuevos plásticos ecológicos serán las tuberías de agua, ya que permitirían el desarrollo de un sistema más económico y respetuoso del medio ambiente con respecto a las tradicionales tuberías de acero empleadas en los hogares.
Según los especialistas de la Universidad de Tel Aviv, se ha logrado producir la versión más potente de este tipo de plástico que se ha creado hasta la fecha, gracias al uso del nuevo catalizador. De esta forma, se abriría un nuevo campo para la producción de polipropileno no tóxico, más económico y eficiente en términos de consumo de energía.
Se estima que, en 2020, el consumo de plásticos a nivel mundial alcanzará los 200 millones de toneladas al año. Como los plásticos tradicionales son contaminantes, resulta urgente desarrollar nuevas opciones en torno a este material, que se ha convertido en un elemento básico de la vida cotidiana, implicando la menor cantidad de daños al medio ambiente.
El polipropileno producido por Kol y su equipo es sin dudas una buena noticia para los impulsores de nuevos procesos de fabricación sostenible, y podría realmente revolucionar la industria. Su aplicación desembocaría en productos de mayor durabilidad y con la necesidad de un menor mantenimiento.
Además de las piezas de automóviles, Kol prevé que uno de los usos más importantes de los nuevos plásticos ecológicos serán las tuberías de agua, ya que permitirían el desarrollo de un sistema más económico y respetuoso del medio ambiente con respecto a las tradicionales tuberías de acero empleadas en los hogares.
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