Científicos
del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han rastreado el fondo
marino desde el buque Ramón Margalef, mediante robots, en busca de los ecosistemas más desconocidos de nuestros mares:
las comunidades asociadas a las emanaciones de metano de los volcanes
de fango en el golfo de Cádiz, y los arrecifes de corales de aguas frías
del cañón de Avilés.
España es uno de los países europeos más ricos en biodiversidad marina. Suma 8.000 kilómetros de costa. El proyecto Indemares
es un trabajo meticuloso de exploración para el que se utiliza el robot
submarino Liropus 2000. Hasta ahora se han realizado dos campañas.
Fruto de esos viajes ha visto la luz la primera selección de imágenes de algunas de las especies más raras de fondo marino español.
Son ecosistemas frágiles, a una profundidad de entre 400 y más de 1.000 metros, «muy lejos de nuestros ojos y sin embargo muy sensibles a nuestros impactos».
Las chimeneas de Cádiz
A
finales de abril terminó la última campaña Indemares-Chica, frente a
las costas de Cádiz y Huelva, donde las emanaciones de metano
procedentes del subsuelo marino han dado lugar a unos peculiares
montículos, llamados volcanes de fango, algunos con diámetros superiores
a 1.000 metros y una altura de más de 100. Estas emanaciones de gas son
el motor de un ecosistema único, formado por un gran número de especies que, directa o indirectamente, se benefician de dichas emisiones. Los investigadores observaron un millar de especies; algunas de ellas nunca antes citadas en la zona.
Las filmaciones del IEO han logrado imágenes de una quimera (Chimaera monstrosa), un «fósil viviente» que pertenece a uno de los grupos de peces más antiguo de los océanos, o de un campo de crinoideos Leptometra, parientes cercanos de estrellas y erizos de mar. Y también de un pequeño tiburón, conocido comúnmente como bocanegra o gata (Galeus
melastomus) que pasea por un campo de pennatulaceos de la especie
Kophobelemnon stelliferum, unos organismos con forma de pluma, o de
curiosas especies de esponja de vistosos colores amarillentos o
azulados.
Los arrecifes de coral del cañón de Avilés
Tras
acabar la campaña del golfo de Cádiz, los científicos se trasladaron
Cantábrico. Comenzaba la tercera campaña Indemares-Avilés, con el
propósito de filmar por primera vez los ecosistemas más inaccesibles del
conjunto de cañones de Avilés. Entre ellos, el espectacular arrecife de coral del cañón de La Gaviera, situado a más de 800 metros de profundidad y a escasas millas de la costa.
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