La restricción calórica parecía la clave para aumentar nuestra longevidad. Sin embargo, una investigación realizada en monos Rhesus revela que este tipo de dieta no aumenta la esperanza de vida, aunque sí provoca ciertos beneficios. El hallazgo aparece publicado esta semana en la revista Nature.
Investigadores del Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) en EE UU han descubierto que la restricción calórica – una dieta compuesta de aproximadamente un 30% menos de calorías pero con los mismos nutrientes de una dieta estándar– no extiende los años de vida o reduce las muertes relacionadas con la edad.
El estudio, publicado hoy en la edición on line de la revista de Nature, fue realizado a lo largo de 23 años en monos Rhesus (Macaca mulatta), “bastante parecidos a los humanos en muchos aspectos”, según explica a SINC Rafael de Cabo, autor principal del trabajo.
Los resultados de supervivencia difieren de los publicados en 2009 por el propio NIA, y apoyados por investigadores de la Universidad de Wisconsin, que afirmaban que los monos con una dieta restringida vivían más que aquellos con una dieta estándar.
Además, señalaban que ciertas enfermedades relacionadas con la edad -como la diabetes, la artritis, la diverticulosis y problemas cardiovasculares- se produjeron a una edad más temprana en los monos que siguieron la dieta estándar en comparación con los que tuvieron una restricción calórica.
Sin embargo, el nuevo estudio del NIA apunta que cuando dicha restricción se produce en monos mayores (de 16 a 23 años de edad) no aumenta la supervivencia, aunque mejora la salud y el funcionamiento de su metabolismo.
Por otra parte, aunque los monos jóvenes que siguen una dieta de menos calorías tienden a un retraso en la aparición de la enfermedad asociada con la edad, no se produce un aumento en su vida útil.
Teniendo en cuenta las diferencias entre sus resultados y los de estudios similares, los autores sostienen que los efectos de la restricción calórica en animales de larga vida son complejos. Para ellos, los efectos probablemente dependerán de una variedad de factores, incluyendo el medio ambiente, componentes nutricionales y genéticos.
“Es prematuro afirmar si la restricción calórica en humanos afectará a la longevidad y la salud, o solo a la salud, pero es importante saber con qué estamos comparando. Si el grupo control es muy sano y no tiene predisposición o alto riesgo de enfermedades, entonces la diferencia con el grupo en restricción será menor”, indica a SINC De Cabo.
Una larga historia
La investigación en restricción calórica tiene un largo historial. El primer hallazgo se produjo en la década de 1930, cuando los investigadores observaron que las ratas y ratones de laboratorio vivían un 40% más cuando se alimentaban con una dieta baja en calorías.
Estudios posteriores han descrito que la restricción calórica aumenta la vida útil de la levadura, gusanos, moscas y algunas cepas de ratones, aunque otros trabajos no han demostrado ningún beneficio en la longevidad.
Por ejemplo, en estudios de ciertas cepas de ratones, la restricción calórica no tuvo ningún efecto en la vida útil. De hecho, algunos de estos ratones vivieron menos cuando se administró una dieta baja en calorías.
Hasta la fecha, los expertos no han sido capaces de proporcionar evidencia de que la restricción calórica es un regulador apropiado para la edad en humanos. En la actualidad, están en marcha nuevas investigaciones para probar la eficacia y seguridad de la restricción calórica en humanos.
Referencia bibliográfica:
El estudio, publicado hoy en la edición on line de la revista de Nature, fue realizado a lo largo de 23 años en monos Rhesus (Macaca mulatta), “bastante parecidos a los humanos en muchos aspectos”, según explica a SINC Rafael de Cabo, autor principal del trabajo.
Los resultados de supervivencia difieren de los publicados en 2009 por el propio NIA, y apoyados por investigadores de la Universidad de Wisconsin, que afirmaban que los monos con una dieta restringida vivían más que aquellos con una dieta estándar.
Además, señalaban que ciertas enfermedades relacionadas con la edad -como la diabetes, la artritis, la diverticulosis y problemas cardiovasculares- se produjeron a una edad más temprana en los monos que siguieron la dieta estándar en comparación con los que tuvieron una restricción calórica.
Sin embargo, el nuevo estudio del NIA apunta que cuando dicha restricción se produce en monos mayores (de 16 a 23 años de edad) no aumenta la supervivencia, aunque mejora la salud y el funcionamiento de su metabolismo.
Por otra parte, aunque los monos jóvenes que siguen una dieta de menos calorías tienden a un retraso en la aparición de la enfermedad asociada con la edad, no se produce un aumento en su vida útil.
Teniendo en cuenta las diferencias entre sus resultados y los de estudios similares, los autores sostienen que los efectos de la restricción calórica en animales de larga vida son complejos. Para ellos, los efectos probablemente dependerán de una variedad de factores, incluyendo el medio ambiente, componentes nutricionales y genéticos.
“Es prematuro afirmar si la restricción calórica en humanos afectará a la longevidad y la salud, o solo a la salud, pero es importante saber con qué estamos comparando. Si el grupo control es muy sano y no tiene predisposición o alto riesgo de enfermedades, entonces la diferencia con el grupo en restricción será menor”, indica a SINC De Cabo.
Una larga historia
La investigación en restricción calórica tiene un largo historial. El primer hallazgo se produjo en la década de 1930, cuando los investigadores observaron que las ratas y ratones de laboratorio vivían un 40% más cuando se alimentaban con una dieta baja en calorías.
Estudios posteriores han descrito que la restricción calórica aumenta la vida útil de la levadura, gusanos, moscas y algunas cepas de ratones, aunque otros trabajos no han demostrado ningún beneficio en la longevidad.
Por ejemplo, en estudios de ciertas cepas de ratones, la restricción calórica no tuvo ningún efecto en la vida útil. De hecho, algunos de estos ratones vivieron menos cuando se administró una dieta baja en calorías.
Hasta la fecha, los expertos no han sido capaces de proporcionar evidencia de que la restricción calórica es un regulador apropiado para la edad en humanos. En la actualidad, están en marcha nuevas investigaciones para probar la eficacia y seguridad de la restricción calórica en humanos.
Referencia bibliográfica:
Julie A. Mattison, George S. Roth, T. Mark Beasley, Edward M. Tilmont, April M. Handy, Richard L. Herbert, Dan L. Longo, David B. Allison, Jennifer E. Young, Mark Bryant, Dennis Barnard, Walter F. Ward, Wenbo Qi, Donald K. Ingram & Rafael de Cabo. “Impact of caloric restriction on health and survival in rhesus monkeys from the NIA study”. Nature, 30 de agosto de 2012. DOI: 10.1038/nature11432
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