El explorador Curiosity ha culminado con éxito su aterrizaje sobre la superficie de Marte, donde ha llegado un poco más tarde de lo previsto (las 05.31 GMT, 07.31 hora española), y tras superar con éxito los llamados 'siete minutos de terror'. De esta manera, el vehículo explorador ha culminado un viaje de 567 millones de kilómetros y ha dado comienzo a una misión de dos años en busca de pruebas de vida en el planeta rojo.
La agencia espacial estadounidense NASA confirmó que el artefacto de una tonelada se posó en el cráter Gale. "Estoy entero y a salvo en la superficie de Marte", indicó un mensaje en el blog de la NASA a la hora 05:32 GMT, que dio lugar a una celebración con aplausos y abrazos entre el personal de sala de control del Laboratorio de Propulsión en Pasadena, California.
"Cráter Gale, aquí estoy", añadió el mensaje enviado desde 248 millones de kilómetros, en esta exitosa fase de una misión con un presupuesto de 2.500 millones de dólares.
En palabras del presidente de EEUU, Barak Obama, a través de un comunicado, el éxito de este aterrizaje es una "proeza tecnológica sin precedentes" que "será recordada como un hito de orgullo nacional en el futuro", una apreciación que coincide con la opinión de la propia NASA, que considera esta misión como la más compleja operación robótica en la historia de la exploración espacial.
Tal como se había planificado, la cápsula desplegó un gigantesco paracaídas cuando estaba a unos 11.000 metros de altura para frenar el descenso. A unos 20 metros del suelo, una grúa bajó el 'Curiosity', que desplegó sus seis patas de ruedas e inició su aventura en Marte.
Durante los próximos dos años, la nueva misión de la NASA consistirá en una expedición geológica hacia ese enigmático cráter, situado justo al sur del ecuador marciano, en el Monte de Sharp. Los científicos creen que el cráter se formó hace alrededor de entre 3.500 y 3.800 millones de años cuando Marte, la Tierra y el resto de los planetas del sistema solar fueron bombardeados de manera frecuente por meteoritos.
El rasgo más asombroso de Gale no es su fosa que mide 154 kilómetros de ancho en el suelo, sino las más de 5 kilómetros de escombros acumulados en el piso del cráter, que van en aumento. Los científicos creen que la montaña, situada en el centro de la cuenca, está formada por restos de capas de sedimentos que alguna vez llenaron el cráter.
Con el tiempo, los sedimentos fueron arrastrados, dejando lo que hoy se conoce como Monte Sharp, que los científicos esperan revele la historia geológica de Marte. Además de los datos recopilados, la misión recogerá datos que ayudarán a preparar una futura misión tripulada al planeta rojo.
España aporta a esta misión la estación medioambiental que medirá, entre otros, la temperatura del suelo, aire, presión, humedad y radiación ultravioleta, y una antena que facilitará el envío de datos y pondrá directamente en contacto el explorador con la Tierra.
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