Nos lo cuenta Enrique Dans en su blog: el nuevo data center de la compañía HP en Inglaterra será refrigerado aprovechando el frío glacial. No estamos hablando de un simple almacén, sino de una gran instalación 33 500 metros cuadrados, que se refrigera usando los vientos del Mar del Norte. La compañía ahorrará así la friolera (nunca mejor dicho) de tres millones de euros anuales en sistemas de refrigeración.
El aire atraviesa unos colectores, es filtrado y sopla directamente sobre los estantes que contienen los ordenadores. El sistema está diseñado para mantener una temperatura constante de 24 ºC, si el aire entra demasiado frío, se recombina con el aire caliente que sale del sistema hasta lograr la temperatura deseada. Las instalaciones tienen además un techo capaz de recoger el agua de lluvia para regular la humedad del recinto.
Con estos sistemas, el data center tiene una PUE (power usage efficiency, eficiencia de uso de energía) de 1.2, es decir, la energía total consumida por las instalaciones es sólo un 20% más que la energía empleada directamente por los ordenadores. En instalaciones convencionales, la PUE tiene valores mucho más altos (hasta 2), lo que indica que se consume mucha energía extra (fundamentalmente en refrigeración). Los criterios de eficiencia energética se están imponiendo también en otras compañías como Google. A la larga, supone un importantísimo ahorro energético.
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