Era el año 1974 y tras el descubrimiento de un increíblemente bien conservado fósil de una hembra de una especie de homínido desconocida en aquel entonces, el equipo dirigido por el investigador Donald Johanson sabía que debía ponerle un nombre. Esa misma noche, el grupo de científicos se encontraba celebrando el hallazgo en las inmediaciones del yacimiento en Hadar, Etiopía. Escuchaban 'Lucy in the sky with diamonds' de The Beatles cuando no tuvieron dudas de que tenían que bautizar aquel fósil como 'Lucy', el que aún es el fósil más completo de la especie 'Australopithecus afarensis'.
Desde entonces, la comunidad científica no ha podido cerrar el debate sobre si aquel homínido de hace cerca de 3,2 millones de años era bípedo estricto o si aún pasaba buena parte de su vida en las ramas de los árboles.
Ahora, el debate ha llegado a su fin. El mismo investigador -Donald Johanson- ha resuelto el dilema en el mismo yacimiento en el que 'Lucy' saltó a la luz pública, en el conocido como localidad 333 de Hadar o la cuna de la primera familia. El hallazgo -publicado hoy en la revista 'Science'- de un hueso fósil del pie de un 'Australopithecus afarensis' certifica que esta especie ya caminaba de forma bípeda, como los humanos modernos, algo que muchos científicos sospechaban, pero nadie había podido demostrar.
"El hueso fue encontrado durate una excavación de rutina en el yacimiento de Hadar, concretamente en un lugar llamado localidad 333, que ha generado ya más de 260 especímenes de 'Australopithecus afarensis' desde los años 70", explica a ELMUNDO.es William Kimbel, coautor del trabajo y profesor de Historia Natural en el Instituto de los Orígenes Humanos de la Universidad del Estado de Arizona (EEUU), institución fundada por Johanson.
La nueva pieza clave del puzzle de la evolución de los homínidos es un pequeño hueso -el cuarto metatarso- del pie izquierdo de un individuo de la especie, pero contiene la curvatura propia de los pies, tanto de los primeros homínidos bípedos conocidos, como del 'Homo sapiens'.
Hasta ahora, un amplio sector de los expertos en evolución humana consideraba que esta especie de hace más de tres millones de años basaba parte de su ecología en el desplazamiento de árbol a árbol. Pero las sospechas no eran infundadas. Algunos aspectos del esqueleto locomotor de 'A. afarensis' recuerdan más a los simios que a los humanos.
Una de las adaptaciones evolutivas clave para la forma bípeda de caminar de los humanos es el desarrollo de arcos permanentes en los pies. Esto permite la absorción de impactos durante la locomoción y aporta la flexibilidad necesaria para caminar o correr a diferentes velocidades. "Sabemos desde hace años que la especie de Lucy era bípeda y poseía una postura vertical", asegura Kimbel.
La pistola humeante
Pero faltaban las pruebas que demostrasen sus sospechas, algo muy difícil debido a la escasez de huesos de los pies de homínidos en el registro fósil. "Este nuevo descubrimiento se añade a la evidencia de un patrón semejante al humano en la estructura y función del pie de 'A. afarensis', lo que implica una más o menos completa adaptación al bipedismo terrestre", explica Kimbel.
Eudald Carbonell, director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social y codirector del Proyecto Atapuerca, asegura que era obvio que la anatomía de la especie apuntaba hacia una locomoción bípeda, "pero faltaban las pruebas definitivas". Un pequeño hueso fósil, el cuarto metatarso del pie izquierdo de un A. afarensis ha resultado ser la pistola humeante necesaria para resolver el rompecabezas.
«En todo caso, las icnitas de Laetoli ya indicaban que estos individuos vivían en una sabana abierta», dice Carbonell. «La nueva investigación refuerza esta idea».
Confirmación de las sospechas científicas
Además, los autores del descubrimiento creen que el trabajo hará más sólido el árbol evolutivo que une a los humanos modernos con sus parientes primitivos. "El descubrimiento ayuda a cimentar una conexión filogenética entre 'Australopithecus afarensis' y las especies de homínidos modernas. Hasta ahora, la primera evidencia de esta estructura databa de hace 1,8 millones de años en los fósiles de 'Homo erectus' en Eurasia", explica William Kimbel. Sin embargo, su colega Eudald Carbonell opina que el hallazgo no modificará el árbol filogenético actual y que sólo viene a demostrar y reafirmar una idea que ya rondaba en la comunidad investigadora, pero que estaba pendiente de una prueba definitiva.
En cualquier caso, lo que sí se ha alterado en la literatura científica es la edad de aparición del bipedismo en la historia evolutiva de los homínidos, aunque su propio descubridor le resta mérito. "Los fósiles de huesos del pie son muy raros en el registro fósil, así que no es demasiado sorprendente que la aparición de estas estructuras similares a las humanas se haya retrasado con este hallazgo", asegura Kimbel.
La forma de caminar determina la ecología de esta especie. Carol Ward, coautora del trabajo, está convencida de que el bipedismo, combinado con unas fuertes mandíbulas, permitieron a 'Lucy' y a sus parientes abandonar las copas de los árboles y colonizar áreas abiertas con distinto tipo de alimentos.
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