Un grupo de ingenieros y científicos de la Universidad de California en Berkeley ha descubierto que el plasma empleado en lámparas o televisores podría tener una importante aplicación sanitaria, ya que permitiría desarrollar dispositivos esterilizadores de bajo coste. Estos esterilizadores podrían utilizarse en zonas sin recursos, para esterilizar agua para uso médico o para atacar las infecciones que aquejan a amplias regiones del planeta, entre otras muchas aplicaciones. Por Pablo Javier Piacente.
El plasma, habitualmente relacionado con artículos de consumo, podría cumplir una nueva e importante función en el ámbito de la salud. Según especialistas de la Universidad de California en Berkeley, podría servir para desarrollar esterilizadores económicos con amplias aplicaciones sanitarias en las áreas más pobres del mundo.
Además de su potencialidad para esterilizar el agua, los investigadores descubrieron que el plasma mantiene su carácter antimicrobiano hasta una semana después de su aplicación. El hallazgo fue difundido a través de una nota de prensa de la Universidad de California en Berkeley, y en un artículo del Journal of Physics D: Applied Physics y en otro de EurekAlert!.
Como los dispositivos para producir plasma son baratos, esta nueva aplicación podría ser realmente muy efectiva en los países en desarrollo, así como en las zonas de desastre o en las áreas de guerra, ya que en esas situaciones el agua estéril para uso médico, utilizada en partos o cirugía mayor, es escasa y costosa de producir.
Además de eliminar las bacterias en el agua, el plasma tiene muchas otras aplicaciones posibles, como la esterilización de instrumentos médicos o la mejora del proceso de cicatrización de heridas, entre otras.
Según el ingeniero químico David Graves, director del proyecto, se podría obtener un dispositivo para su uso en el hogar o en áreas remotas que reemplazaría a otros productos, como por ejemplo los antibióticos o la lejía desinfectante.
Control de infecciones
Los investigadores norteamericanos afirman que los plasmas de baja temperatura empleados como desinfectantes constituyen una innovación extraordinaria, con un enorme potencial para mejorar los tratamientos de salud en países en vías de desarrollo y regiones afectadas por desastres.
El propio Graves recordó que uno de los problemas más complejos relacionados con los servicios médicos en países de bajos recursos es el control de infecciones.
Se estima que las infecciones en estos países son un factor de tres a cinco veces más extendido que en el mundo desarrollado.
En el artículo redactado por Graves y sus colegas se informa que el agua tratada con plasma durante la investigación registró la eliminación total de las bacterias E. coli a las pocas horas de la aplicación, mientras que el plasma mató a un 99,9% de las bacterias añadidas, después de estar siete días asentado en la preparación.
Asimismo, sobre la base de esta y otras experiencias, Graves y su equipo determinaron que el plasma también puede eliminar a las proteínas y a los lípidos peligrosos, como por ejemplo los priones, agentes infecciosos que causan la enfermedad de las “vacas locas”, mientras que los procesos de esterilización estándar no logran hacerlo.
Detalles y antecedentes
Durante la producción del plasma se generan moléculas ionizadas, en este caso se identificaron concretamente a las moléculas reactivas como peróxido de hidrógeno y diferentes nitratos y nitritos, todos conocidos antimicrobianos. Los nitratos y nitritos se han utilizado durante milenios para desinfectar la carne, por ejemplo.
Sin embargo, Graves destacó que el agua sometida a este tratamiento mantenía su carácter antimicrobiano una semana después de la reacción inicial, cuando el peróxido de hidrógeno y el nitrito se habían reducido a cero. Esto indica que otros productos químicos reactivos, como por ejemplo nitrato, permanecieron en el agua para eliminar a los microbios.
En realidad la idea no es nueva en su totalidad, ya que el plasma se ha utilizado desde finales del siglo XIX para generar la capa de ozono necesaria para la purificación de agua, y algunos hospitales utilizan plasmas de baja presión para producir peróxido de hidrógeno, destinado a la descontaminación de instrumentos quirúrgicos.
Sin embargo, sólo recientemente se ha comenzado a emplear plasmas de baja temperatura como desinfectantes y para la terapia médica directa. La presente investigación es apoyada por la Office of Fusion Science Plasma del Departamento de Energía de los Estados Unidos y por el Blum Center for Developing Economies y el Sustainable Products and Solution Program de la Universidad de California en Berkeley.
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