Hace algunos días dedicamos unos minutos a hablar de la empresa Mars One y sus planes para colonizar Marte
enviando astronautas en un viaje solamente de ida al planeta rojo, una
idea bastante sorprendente que se adelantaría a los planes de la NASA
que daban fecha para el año 2031.
Si bien potencias emergentes en el ámbito de la
exploración espacial, como China, podrían recoger el testigo de la NASA
con los años; las misiones tripuladas son algo que requiere un gran
presupuesto y pueden ocasionar efectos adversos en los miembros de las
tripulaciones (atrofia muscular, pérdida de masa ósea, etc). Desde hace
tiempo, algunos grupos de investigación trabajan con “otro tipo de
colonos” no humanos que podrían preparar el terreno a una eventual
misión con astronautas: las bacterias. Siguiendo esta senda, un equipo de investigación entre los que se encontraban miembros de la Universidad de Nottingham han estado trabajando con unos gusanos microscópicos que viven más tiempo al estar en el espacio, un hallazgo que abre la puerta a la lucha contra el envejecimiento.
La investigación estaba enmarcada dentro de un estudio relativo a la
pérdida de masa muscular y ósea que sufren los astronautas, sobre todo
en misiones de larga duración y en ella participaron miembros de centros
de investigación de Japón, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y
Canadá. Dentro de las investigaciones que realizaron, el equipo
determinó que los efectos de los vuelos espaciales se traducían en la
acumulación de proteínas tóxicas en los músculos, es decir, el
envejecimiento de éstos. Sin embargo, también detectaron que en las
condiciones de ingravidez, la actividad de un grupo determinado de genes
también bajaba y al “aletargar” esta actividad en unos gusanos, éstos
vivieron durante más tiempo.
Por raro que pueda parecer, el ser humano tiene bastantes cosas en común con un gusano microscópico llamado Caenorhabditis elegans
y, claro está, descubrir que éstos pueden vivir más tiempo en el
espacio mediante la supresión de la actividad de un gen es un hallazgo
bastante interesante puesto que, de vuelta a la Tierra, suprimieron la
actividad de estos genes y lograron aumentar la vida de estos gusanos.
Si bien el efecto de los genes en el envejecimiento es algo en lo que
se está trabajando desde hace bastante tiempo y aún no hay resultados
concluyentes, el hallazgo realizado por el equipo perteneciente a la Universidad de Nottingham
es más que interesante para pensar en posibles tratamientos
anti-envejecimiento o que el espacio sea una especie de balneario para
aumentar nuestra vida (como ocurría con el personaje de Contact,
el millonario S.R. Hadden). De todas formas, aún queda mucho camino que
recorrer en este sentido puesto que, dentro del grupo de genes
manipulado, además de influir en el tiempo de vida de los gusanos
también se influía en el control metabólico de éstos (la generación de
insulina).
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