De poco sirve promover el coche eléctrico como nuevo paradigma de la
movilidad todavía cuando no existe una infraestructura adecuada para su
implantación en masa. Desde que la idea de los automóviles a baterías
volvió a coger fuerza, los principales fabricantes han puesto sus ojos
en los puntos de carga públicos y domésticos
(las famosas electrolineras) como forma de evitar los surtidores de
siempre, pero... ¿y si directamente la carga del coche se realizara
sobre la marcha?
Científicos de la Universidad Politécnica de Toyohashi, Japón, han
conseguido transmitir electricidad a través de un bloque de hormigón de
10 centímetros de grosor, y así lo demostraron esta misma semana en una
feria relacionada con la
electricidad inalámbrica
que se celebró en Yokohama, donde mostraron que es posible enviar entre
50 y 60 vatios directamente a un par de neumáticos. Como otros sistemas
similares, este de hoy también está basado en el acoplamiento inductivo, más conocido en Engadget por su uso para cargar teléfonos móviles y otros pequeños aparatos electrónicos.
El proyecto, denominado EVER (de Electric Vehicle on Electrified Roadway), pretende de esta forma conseguir que los vehículos eléctricos del mañana obtengan la electricidad directamente desde el firme en lugar de mediante un cable, aunque por ahora presenta algunas complicaciones; sin ir más lejos, la necesidad de enviar cerca de 100 veces más energía a través de una capa de hormigón el doble de gruesa que la utilizada en el experimento para que empiece a ser una opción viable. En otras palabras, que todavía queda bastante trabajo por hacer. No obstante, sus responsables se muestran esperanzados, e incluso indican que los componentes necesarios para mejorar el sistema actual son relativamente asequibles.
[Vía ]
El proyecto, denominado EVER (de Electric Vehicle on Electrified Roadway), pretende de esta forma conseguir que los vehículos eléctricos del mañana obtengan la electricidad directamente desde el firme en lugar de mediante un cable, aunque por ahora presenta algunas complicaciones; sin ir más lejos, la necesidad de enviar cerca de 100 veces más energía a través de una capa de hormigón el doble de gruesa que la utilizada en el experimento para que empiece a ser una opción viable. En otras palabras, que todavía queda bastante trabajo por hacer. No obstante, sus responsables se muestran esperanzados, e incluso indican que los componentes necesarios para mejorar el sistema actual son relativamente asequibles.
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