7 sept 2009

Los coches se moverán con residuos.

Restos orgánicos agrícolas, ganaderos, pesqueros y de la industria agroalimentaria son el futuro petróleo verde. España produce 83,5 millones de toneladas de estos desechos susceptibles de convertirse en biometano.


Coches circulando con energía a partir de basura. No es una imagen futurista. Ya hay prototipos de vehículos propulsados con biogás. Por ahora son sólo eso, prototipos, pero el potencial de esta energía es casi ilimitado y sus ventajas ambientales muy atractivas, ya que no entra en conflicto con los alimentos, como los biocombustibles. El biogás es un combustible renovable que se obtiene de la fermentación de materiales orgánicos biodegradables, como basuras domésticas y residuos agrícolas, ganaderos, pesqueros y de la industria agroalimentaria.


El biogás obtenido en vertederos es el más extendido en España, y la energía se destina a producción de electricidad o de calor, a través de plantas de cogeneración. Ahora los investigadores buscan nuevas aplicaciones y se han fijado en los transportes, ya que el aumento del precio del petróleo incentiva a buscar alternativas. El Grupo Hera puso en marcha en 2005 la primera planta de biogás a partir de vertedero para suministro a vehículos, con una capacidad para abastecer a 40 coches al día. El reto ahora es obtener biogás de residuos agroalimentarios, y que los coches se muevan con él.


El combustible existe en España, ya que la agricultura, ganadería, sector lácteo, pesca e industria alimentaria generan residuos que en ocasiones suponen un problema, como por ejemplo la gran cantidad de purines que se generan y que superan las necesidades de estiércol agrícola. En la actualidad, una parte de estos desechos agrarios se emplean en alimentación ganadera y en compost, pero la mayoría van a vertederos, sin tener ningún aprovechamiento.


En España se generan cada año 83,5 millones de toneladas de subproductos agroalimentarios susceptibles de convertirse en biogás, según los últimos datos del proyecto Probiogás, en el que participan tres centros públicos de investigación, siete universidades, 15 empresas y tres centros tecnológicos. El coordinador del proyecto y jefe del Departamento de Calidad y Medio Ambiente del centro tecnológico Ainia, Andrés Pascual, señala que el potencial de generación es de 8.000 millones de metros cúbicos de biogás anuales, y si por cada m3 se pueden generar 2,1 kWh de electricidad, se obtendrían 16.800 Gwh. En la actualidad España produce 687 Gwh con biogás, la mayor parte de vertedero, el cuarto país europeo en producción. Alemania encabeza la producción europea de biogás con 9.529 Gwh. "En generación de biogás con residuos agrícolas y ganaderos estamos en pañales", añade.


España es el cuarto país en producción ganadera y quinto en producción alimentaria mundial, actividades que generan millones de residuos. El mayor potencial de generación de biogás se encuentra en los subproductos vegetales que con 27 millones de toneladas anuales se pueden generar 5.000 m3 de biogás al año. Estos desperdicios tienen mayor valor energético que los ganaderos, ya que a pesar de que hay más cantidad de ganaderos que de vegetales (49 millones) aquellos generarían la mitad de producción de biogás, 2.400 m3 anuales. Los sustratos orgánicos que más biogás producen son las grasas de desnatado, pulpa de remolacha azucarera, estiércol de caballo, hierba y bagazo de cervecería.


Gasolina de naranjas
Pascual comenta que en las plantas de generación de biogás se pueden tratar todos los tipos de residuos, pero unas mezclas funcionan mejor que otras. Una de las que tiene buena producción de biogás es subproductos de la industria de transformación de cítricos y estiércol, según un estudio realizado en Ainia. Por el contrario, los alpechines de las aceitunas no funcionan bien en porcentajes altos, y los residuos forestales y leñosos y las cáscaras de frutos secos se degradan muy lentamente y no son rentables.


Por comunidades autónomas, el gran nicho se encuentra en Castilla y León, con un potencial de 2.140 millones de m3 de biogás al año, seguida de Andalucía (1.000 millones), Castilla-La Mancha (952), Aragón (858) y Catalunya (767 millones).


El biogás necesita una depuración antes de poder ser utilizado como combustible. Su composición es de un 65% metano, un 35% dióxido de carbono (CO2) y el resto agua, amoniaco e hidrógeno. Y para elevar el valor energético del biogás, se le retira el CO2, dejando un 95% de metano, que se denomina biometano, y es técnicamente equivalente al gas natural en producción energética. "Los coches propulsados con gas natural no necesitan adaptar sus motores, y la ventaja frente al gas natural, que es un combustible fósil, es que el biometano es renovable, no hay que cultivar campos para producir combustible y se valorizan residuos", destaca Pascual. Argentina es el país con mayor número de vehículos que se mueven con gas natural, con 1,6 millones, seguido de Pakistán (1,5 millones) y Brasil (1,4) millones, y todos ellos podrían circular con biometano, sin necesidad de adaptaciones. En España circulan 1.493 coches con gas natural.


Suecia, Suiza, Alemania, Austria y Dinamarca cuentan ya con plantas de depuración de biogás y están apostando por promocionar los vehículos impulsados por este combustible, ya que el recurso para obtenerlo es local, los motores generan menos ruido y emite menos gases de efecto invernadero que la gasolina o el diésel, indica Pascual. En el caso de los coches con gas natural, las emisiones son un 20% menores que en los de gasolina. Además, según un estudio desarrollado en Alemania, los coches con biometano recorren tres veces más distancia que los que utilizan biodiésel. Además el tiempo de recarga del biogás en el vehículo sería similar al de la gasolina.


Los dos retos pendientes para la implantación definitiva del biogás en el transporte es que el coste de la depuración se reduzca, que la industria del automóvil se convenza de su potencial y que se implanten surtidores. Pascual confía en que a medida que la ley ambiental sea más exigente, el biogás sea una verdadera alternativa.



Un combustible renovable


Biogás

Energía renovable que se obtiene mediante la co-digestión anaerobia (en ausencia de oxígeno) y que permite aprovechar materias orgánicas de residuos procedentes de depuración de aguas residuales (de cerveceras, alcoholeras, azucareras, mataderos); de vertederos, o de la industria agroalimentaria como frutas, vegetales, carne, pescado, estiércol, purines, etc. Está compuesto por un 65% de metano y un 35% de dióxido de carbono.


Biometano

Biogás depurado al que se le retira el CO2, para conseguir mayor porcentaje de metano (CH4), hasta el 95%, para mejorar su combustión.


Gas natural

Combustible fósil compuesto en su mayoría por metano. En su combustión emite menos CO2 que el petróleo, pero no es renovable.






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