Tal vez la noticia tecnológica del día haya pasado desapercibida, pero lo cierto es que en Madrid, Motorola ha presentado la iSIM card, una solución que, a simple vista y sin haber podido testearla, el mercado de la movilidad necesitaba.
Se trata de un SIM de plástico fino, que se pega y se despega como un post-it a la SIM de nuestro teléfono. De uno de sus extremos sale una pata geométrica cuya continuidad es un cuadrado, tamaño sello, del mismo material flexible, el cual se dobla al cerrar nuestro teléfono.
La pieza es válida para cualquier móvil, se puede cambiar de uno a otro y, además de memoria, encierra una de las llaves tecnológicas de la movilidad: NFC.
Near Field Comunication es un sistema de transmisión de datos por contacto. Un toque entre dos superficies NFC es suficiente para efectuar un trasbase de paquetes digitales de forma instantánea entre dispositivos y, si bien llevamos hablando de ella varios años, el problema que tenía era, principalmente, la necesidad de renovar el parque de móviles para que, distribuida de forma masiva fuera, así mismo, efectiva.
Así, la solución de Motorola permite el desarrollo inmediato de un sin fin de aplicaciones que esperaban la eclosión de NFC u otras tecnologías similares.
Buenos ejemplos
Y si para que se entienda mejor la propuesta de la compañía americana debemos poner algunos ejemplos, valgan los siguientes: llegamos a un cajero con un teléfono equipado con iSIM; queremos recargar nuestro saldo. Basta apoyar, indicar la cantidad a transferir y el dinero pasa en segundos de nuestra cuenta corriente al teléfono. Terminada la operación, entramos en el supermercado contiguo, hacemos la compra y simplemente damos un toque con nuestro teléfono sobre una superficie para que la cuenta quede pagada.
Al día siguiente salimos de viaje, con un toque o acercando el teléfono a menos de dos centímetros del lector, obtenemos nuestra tarjeta de embarque. Al llegar a nuestro destino, un nuevo ‘tac’ en el mostrador del hotel y una pequeña aplicación queda instalada en nuestro móvil, de forma que no sólo nos hemos registrado sino que el teléfono se convierte en la llave de nuestra habitación.
¿Más? Ideas infinitas… transporte, centros deportivos, compras, seguridad, procesos de identificación de acceso…
Las tarjetas iSIM llevan memoria propia, mínimo 256 KB (una aplicación típica pesa unos 20 KB), con lo cual podemos llevar activas más de 20 aplicaciones Java que nos pasamos de un teléfono a otro al mismo tiempo y de la misma forma que cambiamos la SIM.
Su precio… insignificante. Lo normal será que nos la entregue el operador al comprar la tarjeta, pero también nos la puede regalar el banco para realizar transacciones, los gestores de las tarjetas de crédito, una compañía aérea, etc.
Como detalle final, lo más importante: los expertos aseguran que el nivel de seguridad es altísimo, ya que lleva el máximo rango de encriptación posible. Además, nosotros definimos los parámetros; con lo cual, podemos determinar para qué sí y para qué no debe pedirse una clave e incluso establecer niveles de seguridad: menos de 5 euros no, hasta 50 sólo con clave, a partir de 100 con autorización bancaria, etc.
La iSIM de Motorola estará en el mercado en el segundo cuatrimestre de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario