2 dic 2009

La Antártida «escapa» del cambio climático gracias al agujero en la capa de ozono


A pesar de sus consabidos efectos nocivos en cuanto a las radiaciones ultravioleta, los expertos sostienen ahora que el agujero en la capa de ozono lleva 30 años protegiendo a la Antártida del deshielo producido por el cambio climático.

Así lo asegura el último estudio del Comité Científico de la Investigación Antártica (SCAR, siglas en inglés), titulado "Medio ambiente y cambio climático en la Antártida", que recoge los datos recabados por un centenar de científicos especializados en el continente blanco y en el que destaca la participación del British Antarctic Survey (BAS).

Si hace 25 años el mundo ponía en el punto de mira al recién descubierto agujero en la capa de ozono y los líderes de las grandes potencias se reunían en Montreal (Canadá) para frenar su expansión, los científicos revelan ahora cómo este fenómeno ha sido capaz de crear un escudo que amortigua el impacto del calentamiento global en la Antártida.

Según informó hoy el BAS, el proceso es muy sencillo: el agujero ha intensificado la incidencia de los vientos fríos en torno al continente helado, en especial los procedentes del polo sur (denominados "vórtex") y los de poniente, contribuyendo al mantenimiento de las temperaturas habituales de la zona.

No obstante, no todas las regiones se han beneficiado igualmente, ya que la Antártida Occidental (tradicionalmente más afectada por el deshielo) y la costa más oriental de la Península Antártica sí han registrado un aumento "leve" de las temperaturas, sobre todo en los meses de verano.

En opinión del profesor John Turner, miembro del BAS, se trata de "una prueba asombrosa de cómo un fenómeno medioambiental creado por el hombre ha sido capaz de aislar a la Antártida del calentamiento global".


La capa de ozono se irá «sanando»

No obstante, el estudio recuerda que a lo largo del presente siglo el agujero en la capa de ozono se irá "sanando", con lo que el efecto invernadero podría comenzar a acechar al continente blanco en las próximas décadas y provocaría el aumento de las temperaturas de la zona en 3 grados centígrados.

Respecto al deshielo del continente, los científicos aseguran que el grueso de la capa de hielo antártica no ha mostrado grandes cambios en los últimos años, pero advierten de que en zonas puntuales, como la costa más oriental de la península antártica o la más occidental del continente, sí se percibe al adelgazamiento de la superficie helada.

Este estudio multidisciplinar también advierte de que el océano Antártico que rodea el continente homónimo está experimentando un calentamiento mayor al del resto de los océanos por las aportaciones de la Corriente Circumpolar Antártica, la más larga del mundo, que incide cada vez más en la Antártica empujada por los vientos de poniente.

De este modo, los expertos calculan que la pérdida de masa de hielo en la zona occidental del continente podría provocar el aumento del nivel del mar en 1,4 metros para 2100.

Asimismo, el informe también llama la atención de la comunidad internacional ante el rápido crecimiento de los niveles de dióxido de carbono de la zona, que aumentan en la actualidad "a un nivel nunca visto en el pasado geológico reciente".

En concreto, los científicos aseguran que no se había experimentado un crecimiento similar en los últimos 800.000 años.


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