Un grupo de astrónomos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha hallado en las regiones centrales de la galaxia IC 694 una prolífica factoría de supernovas, es decir, explosiones de estrellas en las que se libera gran cantidad de energía.
Según indica el instituto en un comunicado, se han descubierto veintiséis fuentes que corresponden en su mayoría a radio-supernovas jóvenes y a remanentes de supernova, que constituyen diferentes estadios evolutivos del mismo fenómeno, la muerte de estrellas de más de ocho masas solares. Los resultados han sido posibles gracias al uso del European VLBI Network, una red europea de radio telescopios que permite la observación con una resolución única en el mundo, y se publican esta semana en la revista 'Astronomy & Astrophysics'.
El principal autor de la investigación, Miguel Ángel Pérez-Torres, ha explicado que las observaciones realizadas de IC 694 permiten estudiar casi en tiempo real cómo las estrellas más jóvenes y masivas mueren e interaccionan con el medio circundante. "Si quisiéramos realizar un estudio así en una galaxia similar a la nuestra necesitaríamos cincuenta o cien años, pero en el caso de IC 694, que presenta estallidos de formación estelar reciente, lo hemos podido llevar a cabo en menos de un año, así que sin duda, es una verdadera fábrica de supernovas", ha afirmado.
La fertilidad de esta galaxia tiene un origen conocido, ya que se encuentra en los inicios de un proceso de fusión con otra galaxia menor, NGC 3690, interacción que produce una violenta inyección de gas y que desencadena, sobre todo en IC 694, intensos brotes de formación estelar. Los brotes más compactos, que presentan mayor densidad de estrellas masivas, suelen surgir en las regiones centrales de este tipo de galaxias, difíciles de observar debido a la abundancia de polvo.
Galaxias luminosas
Existe, sin embargo, un trazador claro de esta explosión demográfica estelar, debido a que las estrellas jóvenes emiten gran cantidad de radiación ultravioleta, que los granos de polvo absorben y reemiten en el infrarrojo, de manera que las galaxias luminosas y ultraluminosas en el infrarrojo son las mejores candidatas para albergar estallidos de formación estelar.
Estos estallidos producen una tasa de mortalidad estelar superior a la media, de modo que si en una galaxia como la nuestra se espera una explosión de supernova cada cincuenta años, en las galaxias luminosas y ultraluminosas en el infrarrojo esta tasa puede ser entre diez y cien veces mayor. Considerando que las estrellas más masivas aportan la mayor parte de la luminosidad estelar global y que mueren como supernovas, el cómputo de supernovas se revela como un prometedor método para comprender la física de los procesos de formación estelar.
"El gran número de objetos detectados implica que estamos viendo tanto supernovas jóvenes como numerosos remanentes de supernovas, y su estudio con el tiempo nos permitirá entender cómo evolucionan estos objetos en las condiciones extremas de IC 694, que, junto con M82 y Arp 220, es posiblemente el mejor laboratorio del universo local donde llevar a cabo estos estudios. "De hecho, tres de los veintiséis objetos hallados se han confirmado como radio supernovas muy jóvenes cuya evolución, lenta y duradera, sugiere que las condiciones del medio a su alrededor juegan un papel fundamental en el comportamiento de estos objetos.
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