Él no lo sabe, pero me he tomado como reto personal tratar de que mi colega y gran amigo Miguel Ángel Uriondo aparque el Galaxy Tab y empiece a utilizar una tableta de verdad ;). Es complicado porque creo que es la única persona que realmente prefiere 7 pulgadas frente a las 9,7 del iPad o las 10,1 del Xoom y otros dispositivos con Honeycomb que se aproximan por el horizonte.
Para mi el tema del tamaño no admite mucha discusión. Algo de menos de 9 o 10 empieza a quedarse pequeño. Es evidente que algo más compacto tiene el encanto de poder sujetarse con una sola mano, pero creo que no es el caso típico de uso de estos dispositivos. En un año de uso del iPad no he notado nada en sus proporciones que me parezca mal diseñado o que no se adapte a la forma en la que lo uso a diario –en el sofá, en la cama o en la cafetería de la esquina- y eso es más o menos el caso que le expongo a Uriondo, que una vez empiece a usar esos tamaños se dará cuenta que tienen más sentido.
Casi todos los fabricantes están apostando por estas dimensiones –el empeño en las 7 pulgadas del pasado año se debió en buena parte al intento de competir en precio con el iPad-, que además permiten diseñar interfaces de usuario un poco más elaboradas, con multiples columnas, etc. Hay una excepción, sin embargo, que Uriondo me recuerda (y con permiso del Blackberry Playbook, también de 7 pero que suelo encajar dentro de las tabletas anunciadas el año pasado). HTC prepara la salida de una tableta de 7 pulgadas que cuenta además con un interesante accesorio: es la primera tableta de esta nueva generación que viene con un bolígrafo para escribir sobre su superficie. No cuento los TabletPC, por supuesto, que Microsoft ha emparejado siempre con estos artilugios.
Si utilizó un smartphone hace media década es posible que tuviera que utilizar uno de estos dispositivos para escribir en la pantalla resistiva. Tienen varios inconvenientes. Uno de ellos, evidentemente, es que las pantallas tiendan a confundirse cuando se apoya la mano sobre ellas al escribir. Microsoft consiguió solucionarlo de forma bastante inteligente en la primera generación de TabletPC utilizando un bolígrafo de punta magnética y una pantalla que no respondía al tacto, sino a este tipo de dispositivos pero porsupuesto si se te perdía el bolígrafo no te quedaba muchas alternativas de control. Era también una solución cara y con el tiempo la mayoría de fabricantes de PC volvieron a la pantalla resistiva, a pesar de los problemas.
Con la llegada del iPhone y las pantallas capacitivas la idea del bolígrafo quedó bastante olvidada. Hay algunos que funcionan en este tipo de pantallas –como el que usa el HTC Flyer- pero no ofrecen una precisión muy grande. Son útiles para dibujar sobre la pantalla pero para escribir a mano dan mal resultado. No he probado el del Flyer pero no creo que vaya a ser muy diferente. Por muchas vueltas que se den el problema es que incluso en el mejor de los casos escribir con ellos es extraño. No se tiene la sensación que da la fricción de un bolígrafo real sobre el papel y por tanto resulta difícil controlar el trazo. A pesar de su punta fina ninguno de ellos ofrece más precisión a la hora de la verdad que el dedo. Para conseguir más precisión sería necesario fabricar las pantallas capacitivas de forma muy diferente.
Con todo, hay dos ideas bastante prometedoras que he visto en los últimos meses. La primera es Nomad, un pincel capacitivo que no trata de ser preciso ni se centra en la escritura, sino en el dibujo.
El segundo, tal vez más interesante, es una idea que está buscando financiación en kickstarter. Se llama Cosmonaut y abraza sin complejos las limitaciones de estas pantallas. En lugar de imitar la forma de un bolígrafo, bastante incómoda al escribir sobre una superficie de cristal, trata de asemejarse a uno de esos rotuladores de punta gorda. Así resulta más cómodo de sostener y ofrece algo más de control sobre el trazo.
The Cosmonaut: A minimal, wide-grip capacitive stylus for touch screens from Studio Neat on Vimeo.
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