Las mochilas voladoras son un invento sensacional.
Especialmente estas de nueva generación que llevan adosadas una gran manguera que va tomando agua de un río o lago y la propulsa a chorro consiguiendo que el piloto salga volando con una sonrisa de oreja a oreja.
Tienen el inconveniente de que no pueden subir más arriba de la propia longitud de la manguera que toma el agua, pero a cambio cuando te pegas el castañazo es desde menor altura que la clásica mochila cohete a propulsión que se eleva bastantes metros más… y que el agua está normalmente algo más blandita que el duro suelo. Tenemos un vídeo propulsado tras el salto. Y aún hay más.
Una sonrisa y un saludo amable lo pueden todo, pero el protagonista del vídeo que tenéis aquí abajo quizá escogió un momento inadecuado.
Antes de saludar a cámara y decir “mira, mamá, estoy en la tele” quizá sea conveniente no olvidar que te encuentras a los mandos de un cacharro que puede hacerte salir volando y que aunque tengas el traje de baño puesto la idea precisamente esta mañana era volar sobre las aguas, no hacia ellas.
Lo mejor son los presentadores del programa en el estudio tomándose la cosa con calma y estoicismo. Unos auténticos profesionales. ─[Daily What]
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