20 jul 2011

Un nuevo modelo molecular determina el impacto de las mareas negras


Un nuevo enfoque desarrollado por especialistas de la Escuela Politécnica Natural de Lausana (EPFL), en Suiza, permite determinar al detalle las características del impacto ambiental de un derrame de petróleo en aguas profundas. Como consecuencia, ante futuros incidentes se podrá contar con más armas para reducir los efectos negativos que, para el medio ambiente, suelen entrañar estos sucesos.

El estudio de la explosión de la plataforma Horizon en abril de 2010 en el Golfo de México fue el detonante de este descubrimiento. Allí, los ingenieros y científicos hallaron datos que facilitan una mejor comprensión acerca de la forma en la que se produce la contaminación de estos ecosistemas marinos.


Gracias al trabajo realizado, se pudo estimar con mayor precisión las consecuencias y el impacto ambiental concreto del derrame de hidrocarburos en las profundidades del Golfo de México, permitiendo una evaluación más precisa de las repercusiones actuales y futuras sobre la vida en el fondo marino, más allá de lo estimado previamente.

Pero ahora, una investigación dirigida por el profesor Samuel Arey de la EPFL, con la colaboración de profesionales del Woods Hole Oceanographic Institute de Estados Unidos, ha logrado capitalizar esa experiencia para desarrollar un nuevo modelo molecular capaz de determinar el comportamiento del petróleo crudo y el gas en un entorno de aguas profundas y su impacto ambiental.

Estudios de campo

El trabajo ha sido difundido a través de una nota de prensa de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, y también ha aparecido explicado en un artículo publicado en la edición online de la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Para llegar a este nuevo enfoque, los especialistas realizaron distintos estudios de campo en el Golfo de México.

La explosión de la plataforma Horizon en aguas profundas marcó un verdadero desafío para el sector, porque hizo necesario el control de su vertido de hidrocarburos. Las condiciones eran muy complejas, ya que la profundidad del pozo, de cerca de 1.500 metros por debajo de la superficie del mar, hacía muy difícil la operación.

Cuando el gas metano llegó a la superficie y se produjo la explosión, se desató la contaminación a gran escala. Muchas investigaciones se han hecho desde el derrame hasta hoy para determinar los efectos sobre la vida marina y en las regiones costeras. Sin embargo, este nuevo modelo marca una perspectiva general que puede ser muy útil para analizar las consecuencias de otros incidentes similares, y disminuir su impacto.

En junio de 2010, con la ayuda de un vehículo dirigido por control remoto, los científicos del Woods Hole Oceanographic Institute llegaron a la base de la plataforma y, con un brazo robótico, recogieron muestras directamente de la boca del pozo. Los especialistas realizaron más de 200 mediciones a profundidades diferentes en un área de 30 kilómetros.

La comprensión del fenómeno

Estas muestras fueron analizadas con la ayuda de la National Oceanic and Atmospheric Administration de los Estados Unidos (NOAA). El trabajo conjunto de los expertos de la EPFL y de la NOAA sobre las muestras recogidas por los investigadores del Woods Hole Oceanographic Institute permitió el desarrollo del nuevo modelo.

El enfoque evidencia la importancia de las propiedades de los hidrocarburos y de la estructura en bocas de pozo para determinar las características y la magnitud de la extensión de la contaminación en las profundidades. De esta forma, se ha comprendido en mayor medida como se extiende la contaminación en aguas profundas, tras un derrame de hidrocarburos.

Se logró determinar, por ejemplo, que a diferencia de un derrame en la superficie, en la que los compuestos volátiles, como el metano, el benceno o el naftaleno, se evaporan a la atmósfera, en las aguas profundas la presión provoca su disolución o la formación de hidratos, compuestos que contienen moléculas de agua.

En función de sus propiedades, la mezcla resultante puede elevarse o permanecer suspendida en el agua, causando daños en los ecosistemas del fondo marino ubicados cerca del derrame original.

Al avanzar sobre las posibles consecuencias de los derrames en aguas profundas, esta investigación podrá tener en el futuro un impacto significativo en las evaluaciones de impacto ambiental aplicadas a los derrames de hidrocarburos en aguas profundas, permitiendo una gestión más eficiente de estos sucesos.


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