Tanto la popularidad de los dispositivos compatibles como el relativo bajo costo que hoy poseen routers y puntos de acceso, han ampliado drásticamente la disponibilidad de señales WiFi en lugares públicos y privados. Es probable que algunos de nuestros lectores hayan accedido a este texto a través de una conexión WiFi, por lo tanto, ¿qué tal suena usar esa misma señal como una especie de radar para determinar la ubicación de una persona dentro de una habitación, e incluso a través de las paredes?
Eso es exactamente lo que ha logrado un equipo de investigadores de la University College London, con el desarrollo de un detector especial.
Ahora, mi intención no es negar la realidad. Entiendo a la perfección que en algunas regiones del globo, el hecho de lograr conectarse a la Web puede llegar a ser una odisea. Aún en países con cierto desarrollo en su infraestructura enfrentan problemas cuando deben conectar a personas que viven en lugares apartados. Pero una vez que existe un módem en un lugar, el salto a la señal WiFi es mucho más corto de lo que parece. Se venden routers inalámbricos por menos de veinte euros, y si decides buscar en el mercado del usado, el número puede ser aún más bajo. Se estima que la presencia de señales WiFi en los hogares es del 25 por ciento alrededor del mundo, y dicho porcentaje se incrementará aún más. Teniendo eso en cuenta, la presencia de las señales WiFi podría ser usada para algo que vaya más allá de la conectividad y la transferencia de datos.
Y ese algo es... un radar. Tal vez no en la forma que usualmente visualizamos a un radar, pero se acerca bastante. Un grupo de investigadores de la University College London ha diseñado un detector capaz de reconocer cambios en la frecuencia de una señal WiFi, detectando así objetos en movimiento, cortesía del efecto Doppler. Compuesto por un receptor de radio, dos antenas y un procesador de señales, el detector tiene un tamaño similar al de un portafolios, y al no emitir ninguna clase de señal por cuenta propia, no puede ser detectado fácilmente (aunque una inspección visual rápidamente podría reconocer algo de ese tamaño). En resumen: Cuando un objeto se mueve, la señal WiFi rebota y su frecuencia cambia. Una de las antenas del detector se concentra sobre la señal inicial en la habitación, mientras que la otra busca la señal que rebotó en el objeto. La diferencia entre ambas señales permite calcular posición, velocidad y dirección estimadas.
Obviamente, la aplicación número uno para esta clase de tecnología sería la del monitoreo, tanto en situaciones de seguridad (ladrones, personal no autorizado en una habitación, etc.) como de cuidado personal (pequeños y mayores que requieren asistencia). Sin embargo, también se estaría evaluando su aplicación en el entorno militar. Con el desarrollo suficiente, la tecnología podría llevar a dispositivos capaces de detectar movimiento a través de las paredes, con un nivel de sensibilidad tan alto, que incluso sería posible registrar el movimiento de la caja torácica al respirar.
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