El avión 'Solar Impulse', que funciona únicamente con energía solar, aterrizó esta noche en la localidad suiza de Payerne, completando así su primer periplo internacional que le llevó a Bélgica y Francia.
El prototipo tocó tierra después de poco más de 12 horas de vuelo desde París, donde la innovadora aeronave fue presentada en el Salón Aeronáutico de Le Bourget.
La aeronave hubiese podido teóricamente aterrizar algo más temprano en vista de que se encontraba en la región desde hacía un rato, pero esperó las condiciones adecuadas para el aterrizaje pues es muy sensible a los efectos térmicos, explicó el jefe de la misión Raymond Clerc, en el sitio web de 'Solar Impulse'.
Las burbujas de aire que se forman principalmente sobre las autopistas, las vías férreas y las ciudades pueden desequilibrar el aparato, agregó.
La razón de esta sensibilidad es la gran envergadura del avión -63,4 metros, similar a un Airbus 340- y su escaso peso, 1.600 kilos (como un automóvil).
Pilotado por André Borschberg, que ha sido su creador junto con Bernand Piccard, el avión consiguió retornar a Suiza, tras realizar sus dos primeros vuelos internacionales.
El primero lo llevó el pasado 13 de mayo a Bruselas, donde 'Solar Impulse' fue presentado a las autoridades europeas y a expertos aeronáuticos.
Posteriormente y después de dos intentos fallidos de vuelo a París, debido a las condiciones meteorológicas adversas, el avión pudo efectuar el vuelo a la capital francesa el 14 de junio.
El objetivo a largo plazo del equipo que lleva adelante esta experiencia es realizar una vuelta al mundo en cinco etapas entre 2013 y 2014.
Antes se espera construir un segundo prototipo más grande y mejorado, un proyecto que está previsto que se inicie el próximo mes.
La primera versión de 'Solar Impulse' ya concentra una sofisticada tecnología que le permite volar sin combustible fósil y únicamente con reservas de energía solar, captadas a través de 12.000 células fotovoltaicas.
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