Como venimos informando desde hace ya una semana, las manchas solares 1401 y 1402 siguen en plena actividad. Y tras haber emitido dos potentes llamaradas, una contra Venus el pasado día 17 y otra contra la Tierra este mismo fin de semana, una tercera erupción, la más potente de todas (ver vídeo abajo), fue liberada el día 22 y nos alcanzará a lo largo de la jornada de hoy.
A su llegada, provocará la mayor tormenta geomagnética que se conoce en nuestro planeta desde el año 2005. El fenómeno tiene la potencia suficiente como para causar problemas en los satélites de comunicaciones de órbita polar.
Todo empezó el pasado domingo, con una gran llamarada solar (la tercera en pocos días) en la región central del Sol. "La llamarada en sí -explica Doug Biesecker, físico del Centro de Predicción de Clima Espacial de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration)- no fue especialmente espectacular, pero produjo una eyección de masa coronal extremadamente rápida, viajando a una velocidad 6,4 millones de km. por hora".
La erupción solar fue de clase M8,7 (en la imagen), mucho más potente que las dos anteriores (C6 y M3). Las llamaradas solares se clasifican, según su intensidad, con las letras A, B, C, M y X seguidas de un número del 1 al 9. Una M8,7, pues, está muy cerca de la intensidad máxima.
Según los datos recogidos por el Centro de Clima Espacial Goddard, de la NASA, la eyección de masa coronal (la nube de partículas y radiación ardiente expulsada por el Sol) se movía ayer por lo menos a 2.253 km. por segundo en dirección a la Tierra, y se calcula que golpeará la magnetosfera terrestre (el "escudo" magnético natural que protege a nuestro planeta de esta clase de eventos) durante el día de hoy, martes.
Vuelos afectados
La intensidad del fenómeno garantiza, una vez más, espectaculares auroras boreales, incluso mucho más al sur de lo que es habitual. Por lo que respecta a la tormenta geomagnética (la perturbación de la magnetosfera causada por la nube de material solar), será la mayor que sufra nuestro planeta desde 2005. A pesar de ello, su intensidad se considera "medio alta", por lo que se la ha clasificado como "fuerte", pero no como "severa" o "extrema".
Lo cual significa que, por ejemplo, será capaz de provocar fallos en los ordenadores de a bordo de los satélites en órbita y de interferir en las comunicaciones de radio de la zona polar. Dichos riesgos se mantendrán hasta mañána, miércoles. La tormenta geomagnética podría afectar también a algunos vuelos comerciales del hemisferio norte, a las refinerías de crudo y a las comunicaciones de las misiones científicas en el Ártico.
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