Uno de los detalles más significativos de los coches que poseen las autoescuelas, y que se usan para la enseñanza práctica a aquéllos que aspiran a obtener el permiso de conducir, es que cuentan con los pedales duplicados, es decir, que tanto el conductor como el copiloto poseen un acelerador, un freno y un embrague.
Esta redundancia en los controles tiene todo el sentido del mundo porque permite al profesor reaccionar en caso que el alumno no pueda controlar el vehículo o no reaccione rápidamente ante un imprevisto; una vez obtenemos el permiso de circulación estos controles dejan de tener sentido aunque, a veces, no vendría mal algo de ayuda a la hora de evitar accidentes. Con la idea de mejorar la seguridad de los coches y bajar la siniestralidad, un equipo de ingenieros del MIT ha estado trabajando en un sistema que actúa de copiloto y podría tomar el control del coche para evitar accidentes.
El sistema puede recordarnos un poco al vehículo autónomo de Google en el sentido que también está basado en la robótica y la visión artificial, sin embargo, en este caso es el conductor el que mantiene el control del vehículo salvo que, en caso de una emergencia el sistema determine que podemos tener un accidente y, entonces, tomará el control para esquivar un obstáculo o evitar un siniestro.
Este proyecto llega de la mano de Sterling Anderson, un estudiante de doctorado del área de Ingeniería Mecánica, y de Karl Iagnemma, uno de los investigadores del grupo de robótica móvil del MIT que han formado un tándem que ha dado como resultado un sistema que se sustenta sobre una cámara y un láser que se utilizan para identificar obstáculos o amenazas para la trayectoria del vehículo y medir la distancia a la que se encuentran.
Imaginemos que vamos por la carretera detrás de un camión del cual se desprende parte de la carga, el sistema detectará los obstáculos y la distancia para procesar esta información mediante un algoritmo que trazará un “camino seguro” dentro de unos márgenes de movimiento. Si cruzado un umbral de seguridad, no hemos reaccionado en consonancia, el sistema tomará el control del volante y nos llevará por la zona segura para evitar el accidente.
Según Sterling Anderson, este sistema no sustituye al conductor (como podría hacerlo un vehículo autónomo como el de Google) sino que está alerta monitorizando la conducción y el entorno para actuar en caso necesario:
La verdadera innovación es permitir que el coche comparta el control con el conductor. Si quieres conducir, entonces limítate a no chocarte con nada.
Durante casi un año se han estado realizando más 1.200 pruebas con un alto grado de satisfacción (y un pequeño número de “accidentes” debido a fallos en el sistema y ajustes a realizar) y, la verdad, es que parece un sistema más que interesante para instalar en una nueva generación de vehículos porque podría contribuir bastante a la reducción de la siniestralidad al volante.
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