Investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, han desarrollado una tecnología que podría revolucionar los implantes dentales. Se trata de un sistema que permite dirigir la trayectoria de células madre hacia un molde tridimensional que, a su vez, está imbuido con un factor de crecimiento que impulsa el desarrollo celular. Este molde se sitúa directamente en el hueco de la mandíbula en el que falta un diente. En nueve semanas, el diente nuevo está listo. Dado que éste es un proceso más sencillo, breve y barato que el de los implantes dentales tradicionales, su comercialización podría ser inminente. Por Yaiza Martínez.
n equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, ha desarrollado una técnica que podría revolucionar los implantes dentales.
Según publica dicha Universidad en un comunicado, se trata de un sistema que permite dirigir la trayectoria de las células madre (que son las células que dan lugar a los diversos tejidos del organismo) hacia un molde tridimensional que, a su vez, está imbuido con un factor de crecimiento que impulsa el desarrollo celular.
Esta técnica podría suponer que, en un futuro, se fabriquen dientes artificiales que se volverán anatómicamente correctos –adaptados a la región de la boca que los acoge- en tan sólo nueve semanas después de su implante, y que se desarrollarán dentro de la misma boca.
Injerto completamente adaptado
Las personas que han perdido una o varias piezas dentales suelen reparar su pérdida con dentaduras postizas o, más recientemente, con implantes dentales.
Estas soluciones palian la falta de dientes para masticar y también mejoran el aspecto físico.
Sin embargo, los implantes dentales pueden fallar al no adaptarse correctamente al hueso de la mandíbula que los rodea, y que va sufriendo ciertos cambios a lo largo de la vida de las personas.
El andamiaje o molde molar creado por Jeremy Mao, del Tissue Engineering and Regenerative Medicine Laboratory de la Universidad de Columbia, ha demostrado, en pruebas realizadas con 22 ratas, que se pueden dirigir las células madres hacia dicho molde, fabricado con materiales naturales e integrado en el tejido circundante (de la mandíbula).
De esta forma, no es necesario crear un entorno exterior a la boca (como una Placa de Petri, que se usa para el cultivo de células) donde hacer crecer el diente para después implantarlo.
En lugar de eso, el diente puede desarrollarse en el mismo hueco de la mandíbula, rodeado por el tejido de la piel en el que, al crecer, irá quedando injertado de una forma imposible de conseguir con herramientas.
Proceso más breve
Según Mao, ésta es la primera vez que se consigue la regeneración de estructuras dentales con este sistema, que podría servir no sólo para reunir células madre regenerativas en los microcanales del molde, sino también para la regeneración de ligamentos periodontales, que son los conjuntos de fibras que se fijan en el hueso alveolar por un extremo y en el cemento del diente por el otro, formando la red que sostiene al diente dentro del hueso, a la vez que lo aísla del mismo.
Normalmente, los implantes dentales son pequeños tornillos de titanio tratados para que, una vez colocados en el hueso y, tras cierto tiempo, ejerzan de raíz artificial sobre la que deben fijarse las prótesis.
Por tanto, las rehabilitaciones de estos implantes necesitan de dos fases: la del implante dentario (no visible, fijado al hueso), y la de la prótesis (parte visible que ejerce la función de masticar).
Dado que este proceso de implantación se desarrolla en diversas fases, estos implantes requieren de visitas al destinta durante meses, un tiempo que se reduciría con el sistema ideado por Mao y sus colaboradores.
El nuevo mecanismo promete asimismo un proceso más natural, tiempos de recuperación más cortos y el aprovechamiento de las características del propio organismo como huésped del cultivo celular que dará lugar al nuevo tejido.
Posible comercialización
Otra ventaja notable del andamiaje dental con células madres es que resultaría más rentable para los pacientes, es decir, sería más barato que los actuales implantes, que no todo el mundo puede permitirse.
Por todo, resulta factible que el avance de Mao sea llevado a la medicina dental práctica. De hecho, ya es considerado como un ejemplo de aplicación de la ingeniería biológica a la resolución de problemas clínicos comunes.
Columbia Technology Ventures, organismo de la Universidad de Columbia que se encarga de buscar y promover las aplicaciones resultantes de investigaciones para su desarrollo en aplicaciones prácticas, busca ahora socios para la comercialización de esta tecnología.
Los científicos explican con detalle en qué consiste el molde dental de células madre y los resultados obtenidos con él en experimentos realizados con ratas, en un artículo publicado por la revista Journal of Dental Research, dedicada a la divulgación de información novedosa y relevante sobre odontología.
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