Investigadores de la Universidad de California han ideado un sistema para realizar llamadas telefónicas con el pensamiento. El invento podría ser de gran ayuda para las personas con una discapacidad severa y también para otros casos, como por ejemplo para detectar el momento en el que los pilotos se están quedando somnolientos al detectar fallos de concentración. Según los experimentos realizados, el sistema alcanza una exactitud del 85%. Por Gloria Navas.
Un grupo de investigadores de California ha creado una tecnología que permite hacer una llamada telefónica utilizando sólo el pensamiento. La nueva interfaz (cerebro-ordenador) desarrollada funciona con casi un 100% de precisión con la mayoría de las personas, tras un periodo breve de entrenamiento.
El sistema, que aparece detallado en un artículo publicado por Journal of Neural Engineering, ha sido desarrollado por Tzyy Jung-Ping, un investigador del Centro de Swartz de Neurociencia Computacional de la Universidad de California, junto a un grupo de compañeros. Según declaraciones de Jung recogidas por Technology Review, la mayor ventaja del aparato es que podrá servir de ayuda a las personas con discapacidad grave.
No obstante, el sistema podría también algún día tener un uso más amplio y destinarse a otras aplicaciones, como generar una mejor experiencia de manos libres para los usuarios de teléfonos móviles o detectar el momento en el que los pilotos o controladores aéreos se están quedando somnolientos al detectar fallos de concentración.
Basado en la tecnología EEG
El funcionamiento de este sistema es parecido al de otros interfaces. Al igual que muchos otros, se basa en un electroencefalograma (EEG), es decir, en electrodos colocados en el cuero cabelludo para analizar la actividad eléctrica del cerebro. Una cinta para la cabeza EEG debe ser conectada a un módulo Bluetooth de forma inalámbrica, para posibilitar el envío de las señales a un teléfono celular Nokia N73, que utiliza algoritmos para procesar dichas señales.
Los participantes en el experimento para comprobar la viabilidad del sistema se expusieron a través de un sistema de retroalimentación visual. En él, se mostraron imágenes en la pantalla de un ordenador que se encendían y apagaban de manera casi imperceptible a diferentes velocidades.
Estas oscilaciones pueden ser detectadas en una parte del cerebro. Jung y sus compañeros aprovecharon esto señalando en un teclado cada número que parpadeaba y la frecuencia, ligeramente diferente.
Jung afirma que esta frecuencia de parpadeo se puede detectar a través de la EEG, por lo que es posible decir que el número del sujeto que está mirando.
"Desde nuestra experiencia, cualquiera puede hacerlo, aunque algunas personas tienen una mayor precisión que otras" señala Jung . Asimismo, el investigador explica que se puede alcanzar alrededor del 85% de exactitud.
En cualquier caso, depende de la persona, pues en el experimento publicado por el Journal of Neural Engineering, a diez personas se les pidió que introdujeran un número de teléfono de diez dígitos, y siete de ellos lograron el 100 por ciento de exactitud.
Defensores y detractores
Otros científicos del mismo sector no han tardado en reaccionar. Ranjeev Raizada, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Dartmouth, señala que es un trabajo muy interesante. El pasado año publicó una idea similar a la que llamó el Neurófono por lo que, según ella “este tipo de respuestas visuales no son nuevas, pero lo que sí suponen es un paso adelante y el atractivo de poder convertirlas en portátiles pequeños, baratos, y móviles".
En su idea del Neurófono, se parte de una señal del cerebro conocida como P300. Esta señal se activa por una serie de estímulos diferentes y se utiliza por otras interfaces de control del cerebro para evaluar si algo ha llamado la atención de una persona. No obstante, este sistema suele implicar un mayor periodo de formación.
El sistema de Jung también tiene sus detractores. Eric Leuthardt, director del Centro de Innovación y Tecnología de la Neurología de la Universidad de Washington, no está convencido. Según él, “la reducción del tamaño de los procesadores a un teléfono móvil es un paso natural", dice. Asimismo, añade que el tipo de respuesta evocada visualmente que se utiliza en la investigación de Jung ha existido durante años, pero por lo general requiere de un gran estímulo visual, que las pequeñas pantallas de los móviles es poco probable que provoquen.
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