Una bicicleta sin ciclista puede conseguir recorrer una distancia considerable si se producen las circunstancias adecuadas, aunque, irremediablemente, tarde o temprano, la máquina terminará en el suelo. Para que el pequeño milagro ocurra, todas las bicis se fabrican teniendo en cuenta dos principios de la física relacionados con la estabilidad. Esta lógica se emplea prácticamente de forma universal y nunca había sido puesta en duda, pero, ¿y se tratara de una gran equivocación?
Un grupo internacional de científicos ha diseñado una bicicleta absolutamente revolucionaria, distinta a todas las demás, que puede convertirse en la base para crear el vehículo de dos ruedas del futuro.
La estructura, que tiene en cuenta un principio físico llamado balanceo de masas que es más determinante de lo que se pensaba, es capaz de autocorregirse cuando está a punto de inclinarse hacia un lado y avanzar sola de manera estable. El hallazgo sugiere que los diseños de los velocípedos del futuro todavía no han alcanzado su máximo potencial. Sus autores publican los detalles en la revista Science.
Para que una bicicleta sea estable aunque nadie le dé a los pedales, los fabricantes actuales tienen presentes dos principios de la física. Uno de ellos tiene que ver con la energía de torsión alrededor de un eje en movimiento y es el mismo que hace que una peonza gire. Este se aplica a la parte delantera de la bicicleta. El segundo se refiere a los ángulos que se forman cuando una estructura mantiene su equilibrio en puntos muy pequeños sobre el suelo.
La nueva investigación, dirigida por J.D.G. Koojman, de la Universidad de Tecnología en Delft (Holanda), no responde a ninguno de estos dos principios. Los científicos creen que, para perfeccionar una bicicleta, en lo que hay que fijarse es en lo que se conoce como balanceo de masas (Cuando un objeto está en movimiento, ese mismo movimiento dará más masa al objeto, razón por la que la velocidad es tan importante en los accidentes de tráfico). Según los investigadores, la distribución de la masa juega un papel clave en el equilibrio de la bici. De esta forma, han construido una estructura estable y eficiente a la que han llamado patín de dos masas o TMN, que puede ser el pricipio para diseñar las bicicletas del futuro.
La máquina se distingue por tener unas ruedas muy pequeñas, como las de los carritos de supermercado. Koojman y su equipo creen que todavía estamos muy lejos de tener la bici perfecta y que queda mucho recorrido para lograrla. Quien sabe si alguna vez veremos a los ciclistas del Tour de Francia sobre unos velocípedos parecidos.
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