Los delfines son sociables, habilidosos y cuentan con una capacidad de comunicación que no deja de sorprender a los humanos. Desde hace más de 25 años, los investigadores han documentado una gran variedad de sonidos complejos y pautas de comportamiento de estos animales, que cuentan con un cerebro mucho más avanzado que otras especies. Incluso han conseguido comunicarse con ellos y transmitirles órdenes.
El siguiente paso, más ambicioso, es intentar obtener respuestas de los delfines y lograr una comunicación a dos bandas.
Detrás de este proyecto está Wild Dolphin Project (WDP), una organización científica con base en Florida (EEUU) que desde hace casi 30 años estudia el comportamiento de los delfines.
Grabar ultrasonidos
En la actualidad WDP tiene dos iniciativas en marcha. La primera es digitalizar e indizar la base de datos de vídeos y sonidos que han recopilado durante los últimos 26 años para extraer pautas de comunicación. Para ello están colaborando con investigadores de la Universidad de California en San Diego.
Por otro lado, investigan conjuntamente con un equipo del Instituto de Tecnología de Georgia el uso de múltiples algoritmos con el objetivo de crear un lenguaje común que permita a los humanos comunicarse con los delfines. A la hora de crear este sistema de comunicación no sólo se tienen en cuenta los sonidos. El entorno, las posturas de su cuerpo y sus asociaciones son factores importantes para interpretar su comportamiento.
Los científicos de Wild Dolphin Project subrayan que, desde un punto de vista cognitivo, los delfines son superiores a otras especies animales debido a sus cerebros avanzados y sus sofisticadas sociedades. El estudio se está llevando a cabo con delfines moteados ('Stenella frontalis') y con delfines nariz de botella ('Tursiops truncatus').
Un teclado submarino
Entre 1997 y 2000 los investigadores de WDP utilizaron un teclado submarino para comunicarse con delfines nariz de botella. Aunque consiguieron algunos avances, no lograron los resultados deseados así que decidieron desarrollar un nuevo sistema más eficaz.
El próximo otoño se sumergirán en las aguas de Florida provistos de un dispositivo interactivo capaz de escuchar y responder a los delfines salvajes produciendo sonidos similares a los suyos. Si consiguen que los delfines asocien sonidos con palabras, el siguiente paso sería lograr una conversación muy rudimentaria.
El intento de comunicarse con los delfines no es nuevo, aunque los investigadores disponen ahora de la tecnología necesaria para grabar ultrasonidos. Antes, utilizaban imágenes y sonidos para enseñarles palabras. Algunos estudios mostraron que ciertas especies eran capaces de memorizar decenas de palabras y responder a órdenes. Sin embargo, a diferencia del proyecto de WDP, casi todas las investigaciones se han centrado en la comunicación unilateral, es decir, de humanos a delfines.
En los años cincuenta el investigador estadounidense John C. Lilly (1915-2001) publicó varios libros sobre la inteligencia de los delfines y ya esbozó la posibilidad de conversar con ellos. Para llevar a cabo sus investigaciones, Lilly estableció un laboratorio dedicado al estudio y al adiestramiento de los delfines. Los humanos, argumentaba, podrían aprovecharse de las habilidades de estos animales si lograran conseguir su cooperación. Por ejemplo, podrían utilizarlos para detectar los mejores bancos de pesca.
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