20 may 2011

La médula espinal 'sabe' caminar [VIDEO]


Después de cuatro años sin mover ni siquiera un dedo del pie, Rob Summers, un estadounidense de 23 años, ha vuelto a experimentar lo que se siente al mantenerse en pie durante unos minutos. El accidente de tráfico que sufrió en 2006 le dejó parapléjico, impidiéndole cualquier movimiento desde el pecho hacia abajo. Ahora, la investigación médica ha conseguido, además, que recupere la función sexual y de la vejiga. Así lo recoge un artículo publicado en la revista 'The Lancet'.

"Es un sentimiento asombroso. Ser capaz de dar un paso [con la ayuda técnica de una especie de robot que le evita tener que sostenerse con todo su peso] es increíble. Es una inyección de optimismo", explica Summers.

Para lograrlo, el equipo de investigadores de las universidades de California y Louisville (EEUU) han sometido a este paciente a estimulación eléctrica epidural de la médula espinal (con un sistema de electrodos, colocados encima de la médula -debajo de la piel- mediante implante), una práctica que, aunque no es muy común, se utiliza para tratar algunos tipos de dolor neuropático, como el derivado de una cirugía de columna. Según explican los autores en su artículo, con estos impulsos eléctricos "se consiguen imitar las señales que el cerebro", de forma natural, envía a los músculos para ejecutar movimientos de forma voluntaria. En el caso de Rob, esta conexión se ve interrumpida por las lesiones medulares ocasionadas por del accidente.

Desgraciadamente, este experimento no supone un tratamiento para el estadounidense ni para ninguna persona que se encuentre en su misma situación, es decir, con una lesión completa de la médula espinal. Como explica Antonio Oliviero, jefe de la sección de Neurología y Neurofisiología Clínica del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y experto en técnicas de estimulación del sistema nervioso, por su experiencia, "de momento, este tipo de pacientes no tiene posibilidad de recuperación. Se les enseña a moverse con la silla de ruedas y a realizar transferencias con los brazos y las manos (para ir de la cama a la silla, por ejemplo)".

Lo que sí parece que podría mejorar – según el referido en el artículo- con la estimulación epidural en personas como Rob Summers, es "la función de la vejiga y la sexual, un avance enormemente importante que sería interesante seguir estudiando", añade el especialista del hospital toledano.

Generador del patrón de la marcha

La conclusión de este experimento, realizado únicamente con Rob Summers, no estriba en su aplicación terapéutica y mucho menos en pacientes como él, sino que por fin se demuestra que "sí existe un circuito locomotor espinal (o generador del patrón de la marcha) en humanos" que permitiría realizar movimientos voluntarios sin necesidad de conexión cerebral (por lesión medular). Hasta ahora, sólo se había podido comprobar en algunos animales, no en todos. Los estudios realizados con gatos ponen de manifiesto, según los investigadores estadounidenses, que "aquellos con la médula espinal desconectada por completo, conseguían caminar cuando se les situaba sobre una especie de cinta móvil". Se piensa que la razón está precisamente en la existencia de un generador de patrones de la marcha en la médula espinal.

Según Abelino Parajón, neurocirujano del Hospital Universitario Puerta del Hierro (Madrid), "este estudio es muy prometedor. Demuestra que, a pesar de lo que se pensaba, en los humanos tampoco es indispensable la conexión cerebral para poder mover los músculos de las piernas. La electroestimulación de la médula espinal, sumada al entrenamiento físico constante, lo podría lograr".

Aunque aún queda mucho por investigar sobre este circuito y demostrar su eficacia en la práctica clínica, el doctor Oliviero opina que, "en un futuro, la estimulación epidural de la médula espinal, sumada al habitual tratamiento de rehabilitación con sistemas de entrenamiento de la marcha en los pacientes con lesiones medulares incompletas podría mejorar y acelerar los resultados, que, por supuesto, dependen de cada caso".

Susan Harkema, principal autora de esta experiencia con Rob Summers, reconoce que "aunque este hallazgo supone una gran oportunidad para mejorar la rehabilitación, antes tenemos un largo camino por recorrer".

En un editorial que acompaña al artículo en la misma revista, Grégoire Courtine, del departamento de Neurología de la Universidad de Zurich (Suiza), comenta que "este nuevo método para controlar los movimientos con electrodos inspirará en el futuro nuevas estrategias para restaurar la función en individuos con funciones motoras dañadas".


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