27 jun 2011

Egipto desentierra la segunda barca solar del faraón Keops


A tres metros bajo tierra y 4.500 años después de servir a la vida eterna de Keops (Jufu, para los antiguos egipcios). Con el boato habitual de flashes y autoridades, la tierra de los faraones inició este jueves los trabajos para recuperar la segunda barca solar del rey, que permanecía desmontada en un foso sito en la cara sur de la Gran Pirámide de Giza.

Su existencia no era ningún misterio oculto bajos las arenas del desierto. Un navío similar fue descubierto en 1954 a unos metros de la excavación actual, en el mismo lateral de la pirámide de Keops (2579 a. C.-2556 a. C) en la meseta de Giza.


El primer barco había sobrevivido desmontado en 651 piezas y sepultado bajo 41 bloques de piedra caliza. El arqueólogo egipcio Kamal el Mallaj necesitó 13 años y 4 intentos para reconstruir el rompecabezas, que desde 1982 se exhibe al público en un museo ubicado junto a la séptima maravilla del mundo antiguo.

La embarcación reparada mide 43,4 metros de eslora, 5,6 metros de manga y 1,5 metros de calado. Está construida con madera de cedro originario del Líbano y las tablas del casco están unidas por cuerdas. En 1954 ya existían pruebas de que junto al primer foso se escondía una nave similar, pero el no fue explorado hasta 1987. Fue entonces cuando expertos de la Universidad japonesa de Waseda detectaron la embarcación a través de ondas electromagnéticas.

La restauración durará cuatro años

Los arqueólogos nipones y egipcios retomaron la investigación en 2008. Las imágenes transmitidas por una pequeña cámara introducida en el foso junto a los análisis de la humedad y la temperatura indicaron que la mayoría de las piezas de madera se hallaban gravemente dañadas. Según el mediático ministro de Antigüedades egipcio Zahi Hawas, la retirada del primer bloque ha arrojado luz sobre la conservación de la embarcación. "Es apasionante. La madera debería estar en muy malas condiciones pero he podido verla y está en un estado excelente".

Hawas ha explicado que la filtración de agua y los insectos contribuyeron al deterioro de las piezas. Una vez que todos los fragmentos del barco sean recuperados, se iniciará una ardua restauración que, a juicio del ministro, debería concluir en 4 años.

Los dos navíos funerarios serán trasladados al Gran Museo Egipcio que se construye actualmente junto a las pirámides de Giza y cuya apertura está prevista para 2015. Por ambas naos transita la historia fluvial de una civilización ligada al Nilo. Sus maderas son el testimonio vivo del periplo del dios solar, Ra, a través del día y la noche a semejanza del ciclo de la vida y la muerte. Y un símbolo de la eternidad ansiada por los antiguos egipcios. Las barcas han atravesado las vicisitudes de varios milenios y han sobrevivido al río que nos lleva.


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